“la comunidad terapéutica en adicciones es una casa de vida que permitirá al nadie llegar a ser alguien a través de algunos” (ADICCIONES-YARIA-BAISTROCCHI-EDICIONES VERGARA).

Llega a verme hace tres años Jorge. Traído por una ambulancia que rodaba por distintos centros del Gran Buenos Aires para que alguien lo acogiera. La ambulancia era la metáfora del propio paciente que llevaba adentro… no encontraban un destino cierto. El análisis previo hecho desde la misma ambulancia mostraba una furia psicótica ligada consumo de alucinógenos (ayahuasca, LSD, etc.).Psicosis tóxica para nosotros. En realidad “no me veía ni se veía” era un “mutante” que balbuceaba frases o que arremetía con delirios y alucinaciones. No podía dormir y esa era…su máxima tortura. A menos sueño más violencia y delirios.

Esa ambulancia en la que lo trajeron era un verdadero “tren fantasma” con dos padres asustados, ya sexagenarios y golpeados, un médico en shock y un enfermero presto para la próxima inyección ante la violencia del delirio frenético que podía suceder en cualquier momento. Parecía una escena del cine neo-realista italiano mostrada por De Sica o algún otro talentoso.

Brillante ingeniero en informática dejó jirones de su vida por el consumo que comenzó con la marihuana en su adolescencia cordobesa para luego escalar hacia la cocaína. Por algunos años pudo congeniar su consumo cada vez mayor de drogas con su profesión. Pero a medida que ésta avanzaba sus vínculos con la sustancia fueron siendo lo único prevalente. Se había transformado en la mujer ideal, amada y odiada. Plantaciones propias de marihuana, laboratorios “genialmente” ideados por él para su uso personal mezclando sustancias. Mujeres reales que solo debían ser adictas. Codependencias por todos lados, mujeres, amigos. Todo lo que lo rodeaba era droga. Así culmina la vida de un adicto…todo es droga y el queda subsumido en esa “lógica –ilógica” fatal desapareciendo como un “nadie”.

El “nadie “es la estación final, en mis estudios, de la dependencia. La tarea nuestra es tratar de lograr con la ayuda de la comunidad terapéutica y con sus redes sociales sanas que ese “nadie” que ha perdido su dimensión de persona –sujeto, siendo un mero objeto, se transforme en “alguien” a través de algunos.

COMO SALIR DEL “TREN FANTASMA”

Una paciente de nombre Renata en Rio de Janeiro, en el 2014, participó en una supervisión que dirigía. Ella mejor que ninguno de nosotros describió este estado de alienación y de pérdida de la subjetividad. Ahora rehabilitada nos lo narraba así : “… a los 16 años entre en un “parque de diversiones”…adrenalina …luego me subí a la “montaña rusa” …más adrenalina …pero de repente entré en un “tren fantasma” …alucinaciones…delirios … y hoy ya recupere mi poder personal”. Una mujer de 40 años con su esposo relata las tres estaciones del consumo: “ parque de diversiones, montaña rusa y tren fantasma”.

Nuestro Jorge llegó dentro del tren fantasma. ¿Cómo salir de esto? ; hay tres niveles de recuperación posible:

1.Habilitar funciones cerebrales dañadas por el consumo crónico ya que la adicción hoy sabemos es una enfermedad del cerebro. El cerebro padece las consecuencias del consumo. Pero el cerebro es “ambiente dependiente” y esto implica que un ambiente terapéutico, sin consumo de drogas, con terapia y apoyos familiares es un “nutriente” fundamental para esta rehabilitación de las neuronas (elemento básico de para la vida del sistema nervioso) agraviadas desde hace años. Todo esto más allá de la neuro-farmacología que el paciente necesite.

2.Restituir la función de auto conducción de la personalidad…o sea del ejercicio de su libertad y del uso del poder para llegar a decisiones sanas. Este es el tránsito que va del “nadie” que viene a vernos habitualmente traído al “alguien” que probablemente nacerá a través de “algunos” (todos los que lo rodeamos). Tendrá que vencer abstinencias, deseos de consumo, trampas de la memoria, frenar impulsos destructivos.

3.Generar un cambio de contactos con sus redes sociales y próximas. cuando los “Jorges” llegan al estadio de “nadie” los cómplices sociales superan a los testigos de un desarrollo. Los compañeros de consumo y mini-tráfico a los amigos. En el caso de Jorge la novia (una intelectual muy reconocida en su ciudad) aceptó que estaba enferma y comenzó un tratamiento. Se fue ordenando y esto llevó meses una vida con destino cierto de cementerio o de hospicio de alienados. Hoy con sus fallos cognitivos por el daño residual de las drogas y con muchos cuidados está recuperando su función social y su plenitud de sujeto libre.

Los tres escalones para reapropiarse de la libertad perdida se fueron logrando. Hay miles de “Jorges” que pululan por las ciudades. Algunos viven en plazas, bajo los puentes, otros recuperan la dignidad de hospitales de desintoxicación para luego seguir consumiendo (si no hay tratamiento para los tres niveles la desintoxicación es como entrar en una tintorería o a un lavadero de autos), algunos prefieren las fantasmáticas calles y pasillos de los centros de venta en tugurios pertrechados por matones en donde soportan cualquier indignidad.

ASOCIACION AMERICANA DE ADICCIONES

Esta institución, hoy, benemérita en el estudio de las adicciones nos recuerda estas verdades de la interacción drogas-cerebro: 1. Los cambios cerebrales químicos y eléctricos ante los consumos llevan dos años; 2.los tiempos para regenerar los daños llevan como como mínimo dos años; 3. El duelo por la sustancia lleva como mínimo 5 años con posibilidades de recaída. Las señales del primer placer duran varios años que es el señuelo de una probable recaída.

Eduquemos socialmente en todas las instituciones. La única barrera posible no es aumentar solo el número de policías sino aumentar la conciencia, la información y la formación preventiva ante esta epidemia y generar cientos de centros de atención precoz y comunidades terapéuticas. Disminuir la prevalencia de esta epidemia hoy se hace necesario.

Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA. Rehabilitación en Adicciones.