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El supra-estado de excepción y fentanilo

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 07.01.2024
El supra-estado de excepción y fentanilo

 

“…estamos ricos con la multinacional de la droga…formamos parte de una nueva cultura asesina…para ustedes la muerte es un drama cristiano en la cama para nosotros es una comida diaria en una fosa en común… nosotros somos hombres – bombas…” (Márcola-reportaje cadena O Globo –líder del narcotráfico en Brasil).

El estado de excepción fue teorizado por Giorgio Agamben en relación con el abandono de lo viviente en una tierra de nadie como sucedió en el nazismo, el estalinismo, el genocidio armenio, el fascismo, etc. e incluso en los distintos procesos sudamericanos (gobernados incluso por poderes del narcotráfico) en lo que podemos llamar barbarie del siglo XXI.

El narcotráfico instala este Estado de excepción con relación al dominio de los territorios y ahora le agrega el fentanilo (opioide mucho más poderoso que la morfina y que genera gran dependencia rápidamente) transformando a todo hombre en “asesinable” y fundamentalmente dominable. La droga es una forma de control político hoy. El fentanilo es hoy un arma de control político de ciudades.

Es el poder de la muerte para conseguir el poder lo que efectivamente tiene validez.

MAQUINARIA DEL PODER

El hombre es sacrificable en la maquinaria del poder. Es un “homo sacer” en relación con lo que menciona Agamben. El “homo sacer” es un concepto que se resucita de la Ley Romana arcaica en donde la soberanía no se da sobre el territorio solamente sino sobre la vida y muerte del sujeto.

Como escribió el Divino Dante dice Marcola “…pierdan todas las esperanzas; estamos todos en el Infierno”. El fentanilo asegura mayormente ese dominio que pasa a ser político asegurando grandes cantidades de personas “zoombies” como ya sucede hoy.

Esto se puede articular al concepto de biopolítica de Foucault en donde la vida está dentro de los cálculos del manejo del poder. Es una nada y el hombre un “nadie” que se puede manipular para cualquier sacrificio.

Este poder de hoy se basa también en el sujeto ala “intemperie “y los “nadies” (concepto de G. Maci, analista y filósofo argentino) que vagan “errantes” en las ciudades.

Marcola lo expresa claramente: “…en las villas hay miles de hombres bombas”. Agamben nos enseña que este Poder soberano se ejercita sobre “la nuda vida”. La vida en su máxima inermidad e intemperie. En los anales de la historia el soberano es la ley viviente y no está obligado más por nada.

EL SUPRAPODER

El Duce, el Fuhrer, el Stalinismo, etc. ponen entre paréntesis todos los derechos individuales. El poder del narcotráfico como nueva entidad paraestatal surge desde este imperio del dominio a toda costa. El soberano no está atado a ninguna ley. El “sin límites” es la nueva dimensión.

El suprapoder que hace de los estados nacionales meras “marionetas” se instala en distintos lugares de América con una nueva legalidad en donde el hombre parece quedar cautivo.

El miedo y el dinero con su contracara que es la muerte operan como articuladores de gestión de este Poder instalado. El narcotráfico opera con gran fuerza en Brasil, Paraguay, Colombia, Ecuador, México, Perú, Bolivia y con anclajes en los grandes conglomerados urbanos como son nuestras villas y tiene terminales en distintos lugares desde countries hasta “boliches”. Incluso manejan algunos poderes ejecutivos.

Los lazos de esta gran multinacional en todos los rincones del territorio, como la define Marcola, ponen entre paréntesis todos los derechos. ¿Son un nuevo Estado dentro e incluso por sobre el Estado formal? En México, zonas de Colombia, Brasil, Bolivia, Paraguay y zonas de Perú parece ser así.

Sobre esto Marcola nos dice: “…tenemos métodos ágiles de gestión (…) si el funcionario vacila es “colocado en microondas” (…) nuestra nueva cultura asesina está ayudada por tecnología, satélites, celulares, armas modernas con la mierda de los chips, con megabytes y armas de última generación”.

LOS CLIENTES

Marcola sigue diciendo: “…nosotros no nos olvidamos que ustedes son nuestros clientes, pero ustedes se olvidan de nosotros luego de la violencia que provocamos”. Los clientes como poder soberano se basa en la “peste blanca” que se desata en la postmodernidad. Es el mercado de la carne y el dinero humano lo que importa. El fentanilo le agrega más dramatismo.

El hombre de mercado es el nuevo hombre que conquistar. Los “nadies” trabajarán para ellos, pero también los ricos serán los destinatarios de esta plusvalía.

Peste basada en los millones de “nadies” a la intemperie y de la miseria valorativa que se va proponiendo en las clases opulentas en donde la civilización alcanza una plenitud alucinatoria a través de los fetiches prestigiados: placer sin ningún límite, dinero, poder en su dimensión “pedestre” y vacía, individualismo. El narco lucra con nuestras “miserias”.

Mientras tanto las ciudades preventivas como respuesta de la comunidad organizada frente a esta barbarie desatada se retrasan. Triunfa el miedo, la enfermedad, etc.

Edificar “Ciudades Preventivas” desde cada municipio es la clave con un marketing preventivo que supere al narco-marketing en desarrollo y que tiene una gran financiación.

Desde cada municipio tomando las familias, los niños, la escuela, los centros religiosos y todos los espacios culturales. Una cultura preventiva frente a la cultura que banaliza el consumo de drogas.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 01.01.2024
El gran dolor de la postmodernidad

«La familia es el único y último refugio ante la crisis actual». T. Parssons.

Un paciente me decía: «Sólo quiero un padre, ni sé dónde vive, sólo tengo su teléfono móvil». Al mismo tiempo, casi en un llanto que era una demanda, me decía: “¿Cómo hago para vivir?”.

Todo en la postmodernidad se ha territorializado, nada tiene estancia fija incluso la paternidad. Pero si Internet puede funcionar con banda ancha y no tiene un sitio fijo más que en el espacio virtual; mientras tanto, un padre no puede ser virtual. Este parece ser el reclamo del paciente y que resume hoy el dolor de muchos. Hoy nos cuesta estar presentes, convivir. Esto trae luego síntomas en el que tendría que estar y no está y en el que debería recibir la presencia.

El que abandona parece ser un fugitivo ansioso y que en determinados momentos de balance de su vida el cuerpo pasa su factura a través de una enfermedad grave o la mente lo lleva una melancolía que puede hacerse dolor psicológico en el mejor de los casos o accidente fatal en un descuido que delata el autocastigo que lo persigue.

El abandonado, si no se encuentra con otra figura significativa que suplante lo perdido, variará entre mortificaciones varias: trastornos de conducta, drogas y alcohol, odio a la autoridad (una paciente me decía: «quiero matar a un policía», autoodio (germen de todas las enfermedades); hoy muchas de estas vidas culminan en una sala del Muñiz de infectología por VIH, en el presidio o vagan en servicios para toxico-dependientes o en institutos de menores.

FAMILIAS POSTMODERNAS

Una de las paradojas de la familia postmoderna parece ser que el abandono es la contracara de un logro como es promover la individualidad y el logro de la autonomía. Autonomía e individualidad adulta, pero en la discusión parece estar ausente qué es lo que realmente sucede con los chicos.

Estos resultan ser el gran dolor de la postmodernidad. Los servicios psiquiátricos y psicológicos no alcanzan. Los abandonados son muchos y sus síntomas retornan como venganza, el dolor se vuelve odio.

Es uno de los fenómenos más extendidos de la postmodernidad. ¿Qué está pasando en los chicos frente a este nuevo fenómeno sociológico, pero fundamentalmente cultural, o sea de cambio de valores? Ese es el gran dilema porque un crecimiento sano implica básicamente intimidad generacional, presencia, persistencia, perseverancia. En la consulta los adolescentes se quejan de que los padres están demasiado tiempo fuera de la casa y los dejan solos.

El chico se refugia en la página de Internet, precozmente vaga por las calles y se contagia de conductas marginales, los padres aparecen como «pendeviejos» y los jóvenes les demandan que sean adultos, etc. Así surge un joven que, frente a un mundo tan difícil, no encuentra un cálido refugio y se guarece en su desánimo y/o en la marginalidad.

Muchas familias monoparentales funcionan muy bien, especialmente cuando la mamá tiene el apoyo de la familia extensa (abuelos, tíos, primos). El abuelo es un elemento central en el desarrollo de los chicos: es un pacificador generacionalPero la postmodernidad trae también la liquidación de la familia extensa que es precisamente la que sostiene vínculos afectivos cotidianos.

DESAPEGO DE LOS VINCULOS

El gran problema de hoy es la convivencia sostenida menospreciando quizás los deberes que ello implica. Hemos olvidado que la autonomía declamada sólo se sostiene en deberes que se cumplen. Un hijo es también un deber.

Z. Bauman, un lúcido pensador de nuestros dolores, dirá: «El desapego de los vínculos anuncia una cultura del egoísmo que terminará por debilitar los lazos sociales y familiares”.

Hay un cambio fenomenal de las formas de organización familiar y de convivencia: familia tradicional, monoparental (madre o padre solos), parejas consensuales y frágiles que no pasan por el Registro Civil o por la institución religiosa, hijos de fertilización asistida, familias ensambladas en donde conviven hijos de diferentes uniones, etc. Las familias monoparentales aumentaron en Argentina del 9,4% (1980) al 17% (2001) a casi el 40 en la actualidad; a su vez, disminuye el número de casamientos y aumentan las uniones consensuales.

Se buscan relaciones light y de bajo compromiso y ciertas palabras da vergüenza pronunciarlas: novio, marido, esposo, familia, amor, y han surgido otras: amigovio, pareja, compañero, compañía, cama afuera.

¿Y LOS CHICOS?

¿Qué está pasando en los chicos frente a este nuevo fenómeno sociológico, pero fundamentalmente cultural, o sea de cambio de valores? Ese es el gran dilema porque un crecimiento sano implica básicamente intimidad generacional, presencia, persistencia, perseverancia.

En la consulta los adolescentes se quejan de que los padres están demasiado tiempo fuera de la casa y los dejan solos. El chico se refugia en la página de Internet, precozmente vaga por las calles y se contagia de conductas marginales, los padres aparecen, en algunos casos, como «pendeviejos» y los jóvenes les demandan que sean adultos, etc.

Así surge un joven que, frente a un mundo tan difícil, no encuentra un cálido refugio y se guarece en su desánimo y/o en la marginalidad y parecen hacer ciertas las palabras desesperadas de ese adolescente que nos decían … ¿cómo es eso de vivir?

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 25.12.2023
‘Crac house’: Crónicas de la pandemia de adicciones

“…viví 5 años en un ´crac house´ con 15 consumidores más”

Quedé sorprendido al escuchar a una paciente de alrededor de 25 años que narraba como vivía en una casa del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Me dijo que hay muchas en todos los barrios. Luego sigue diciendo “…aquí me salve”. Hoy es casi profesora de Inglés y luego de un tratamiento arduo luego de pasar por terapia intensiva -por una sobredosis- empieza a vivir lo que ella llama “querer vivir”.

Tenía que llevar celulares robados para cambiarlos por “crac” que conseguía en robos callejeros. La vivienda era tomada y manejada por un “capanga”.

Las mujeres sufrían el “Síndrome de Estocolmo” con estos “Amos” y eran prácticamente esclavas y hasta ofrecidas sexualmente.

Otra compañera de tratamiento dentro de un clima de intimidad grupal me refiere que durante años en un barrio muy típico de clase media alta consumía en una Iglesia evangélica abandonada regenteada `por un “dealer”.

Los “feligreses” eran consumidores fieles al “dealer” mientras la madre trabajaba. Fue hundiéndose en un delirio paranoico y comenzó a desconfiar de todos hasta transformarse en la esclava de otro “dealer” para saciar su dependencia cada vez mayor. Hoy luego de dos años de tratamiento y de abstinencia está empezando a estudiar una carrera ligada a la salud.

NOVEDOSAS Y SINIESTRAS

La pandemia de consumo de drogas nos da estas noticias que, para los que trabajamos hace muchos años, nos resultan cada vez más novedosas y también siniestras. Desde el punto de vista psicopatológico el suicidio está ahí…esa parece ser la meta final de esos “nadies” que se entregan al mejor postor para satisfacer lo que los automatismos cerebrales le exigen; caída ya la corteza frontal (signo de autocontrol y seno de la libertad); de no encontrarse el suicidio aparece otra forma de muerte que es la dementización o sea la perdida de todas las capacidades cognitivas.

EL CRAC Y SU USO

El crac es una variante de cocaína que se caracteriza por sus efectos inmediatos y potencialmente mortales. Se elabora habitualmente hirviendo juntos clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico. Al irse el agua en forma de vapor queda un grupo de cristales (la llamada piedra).

Normalmente se forma una piedra y se crea un polvo a partir de ese material. En muchos casos esos polvos también poseen anfetaminas.

Se consume de forma inhalada, se lo puede fumar en una pipa. Es una variante de la cocaína y su ascenso al cerebro es más rápido que aquella. De ahí la fascinación del llamado “fogonazo” o “flash”.

El daño cerebral es grande y el “subidón” dura de 5 a 15 minutos con una euforia desmedida que captura al sujeto llevando a repetir la dósis y así va generándose una alienación progresiva. La “resaca” de no volver a consumir es un profundo estado de agotamiento y malestar. La repetición anuncia la esclavitud y la hipoteca de los sistemas de placer del sujeto.

QUE HACER ANTE ESTE DRAMA

Prevenir es la misión básica de una sociedad si quiere `proteger su capital humano´. En esto estamos fallando: escuela, familia y organizaciones barriales tienen la misión la proteger la prole. Repitiendo a Chesterton -maestro inglés en filosofía-: “El primer estado es la familia”.

Sobre esto el profesor Claude Olivenstein introductor del tema de las adicciones en Europa nos enseñaba: “…la mejor prevención que se pude hacer es en el seno de la familia; aquella familia que transmite ternura, valores genera naturalmente la prevención”.

El psiquiatra francés, maestro de varias generaciones, nos decía en su clínica Marmottan de Paris: hay que rehabilitar de alguna manera la Ley del Padre como modelo de vida. No estaba en sus pensamientos restaurar a un “Patriarca dominador” sino a un ser que porte transmisión simbólica de virtudes y de presencia y acompañamiento en las etapas del desarrollo.

Luego debemos tratar lo más precozmente posible ante los primeros contactos del joven con las drogas y el alcohol. Lamentablemente hoy en nuestro país el comienzo a los 12 años a consumir drogas y alcohol de miles de niños los hipoteca a muchos de por vida dada la inmadurez de la personalidad y la inmadurez del sistema nervioso.

Un terapeuta solo cualquiera sea su técnica no puede enfrentar las discontinuidades emocionales y kinésicas de un paciente de estas características. Es un equipo lo necesario.

Hoy son las instituciones como las comunidades terapéuticas que funcionan como “familia supletoria” o quizás la única familia que pudo tener en su vida. Es la ortopedia necesaria que reemplazara “al objeto droga” que se apoderó de su personalidad.

Una sociedad movilizada en la Prevención y la Asistencia son la base necesaria para enfrentar a este Suprapoder Supranacional en donde los Estados Nacionales parecen “meras marionetas” de ese mega-Poder.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 17.12.2023
Drogas y la des-familiarización

Es una verdadera batalla cultural la que parece estar detrás del problema del consumo de drogas. Más allá de la situación del tráfico, los movimientos económicos y financieros con lavado de activos, “narco-fútbol”, juego de apuestas, bingo, casino y la unión del sexo con la venta de drogas haciendo de la mujer un objeto…más allá de todo esto hay una crisis de transmisión de valores, normas y modelos de vida que tiene que ver con una cultura en crisis de humanización y des-familiarización.
Sobre esto se monta un Poder supranacional que hace de los estados nacionales una verdadera “marioneta” en donde los Estados locales “solo la ven pasar”…siendo el miedo el principal atributo para la inacción.

ESCUCHANDO PACIENTES
Jorge me dice “…soy de la calle y para la calle” y así se me presenta como “barra” de Chacarita y Gral. Lamadrid. Me sorprende todo lo que me dice y está conmigo arropado con una camiseta de un club de fútbol. Los padres no sabían que hacer con este joven simpático, pero desorganizado psíquicamente y consumidor “avido” de crac y cocaina desde hace más de diez años.
Al poco tiempo entablamos una relación muy afectiva e incluso en las reuniones de grupo terapéutico lo invito a sentarse al lado mío escuchando con mucha atención. A los pocos días tropiezo con una silla y me dice con cariño “te tenemos que cuidar papucho”.
El padre me dice que “Papucho” es un restaurant del barrio manejado por una familia que hace comidas muy caseras y en donde quería comer con él ya que era el encuentro deseado con la figura paterna. Refugio de intimidad y cariño en un lugar querido.
Oscar con sus casi 60 años se presenta ante mi como un hombre vencido por el alcohol y la cocaina; separado y vuelve a unirse con otra mujer, abandona todo y la cocaina y el alcohol lo someten como un esclavo. Su cuñado es “dealer”. Una vez estuvo preso y vive atrás de la casa; lo cual hace que sus hijos (uno de ellos ya consumidor) consuma asiduamente.
La familia es un gran tema o mejor dicho la des-familiarización como hecho clave en la sociedad actual.

LA DESFAMILIARIZACION EN ACCION
¿El padre está muerto? Esta era la consigna del Mayo Francés en el 68 que hasta nuestros días nos rodea. Se lo confunde con padrino “machista”, patriarca, esclavista, etc.
Se lo reconoce solo en su paternidad biológica pero el padre es transmisión de valores de vida, modelo incluso para formar un proyecto existencial. En la era Humanista del Renacimiento el padre tenía otra dimensión: “…quien enseña a su hijo engendra doblemente” como enseña E. Pasquier. Parecería que hoy hay un abismo entre la paternidad biológica (procreación) y la significación espiritual y valorativa de la paternidad.
El maestro en adicciones C. Oliweinstein nos enseñaba en su clínica estatal Marmottan allá los 90: “…el padre siempre esta por ausencia, ignorancia, inmadurez, perversión, etc.…pero siempre está y el síntoma adictivo es un llamado a esta figura simbólica desaparecida”.
Se ha roto “el lazo nupcial entre el hombre y la vida y es en la familia donde vemos ese pacto en acción”… nos enseñaba el gran filósofo francés G. Marcel.
La “evaporación” del padre, que es la de los vínculos de donación de sentidos, amor estructurante y valores que orienten delimitan una gran dificultad de hoy:¿quien educa?; los seres humanos necesitan ser educados, solo los animales son adiestrados.
A. Arendt retoma un texto de San Agustín de la “La Ciudad de Dios” cuando dice: “un recién nacido nos hace regresar al alba de la Humanidad”. “¿Que significa el apellido hoy? se pregunta Charles Péguy (1873-1914 – escritor católico francés) en el “Hombre de la Esperanza” y nos dice: “Piensa con ternura en ese tiempo que no será tu tiempo sino el tiempo de tus hijos”. Hoy el apellido parece significar poco.
El hijo desde la vida familiar nuclear y también y fundamentalmente la familia ampliada de primeros, tíos abuelos, etc. marca el paso de la “cultura del ombligo” a una cultura del otro. Así caen los aspectos más megalómanos de nuestro yo y se decreta su disolución. El padre facilita el crecimiento y el “nacimiento” de sus hijos mientras que el patriarca narcisista impide el crecimiento. Se asemeja a “Dios Chronos” de la Mitología Griega que “mataba a sus hijos “ y temía por su sucesión masculina.
Toda esta crisis derivada de la des-familiarización tiene mucho que ver con la esclavitud actual.
Sociedad rota en sus fundamentos como infraestructura de sostén y mientras tanto un “Suprapoder superior” a las naciones multiplica la cantidad de esclavos ávidos no solo de drogas sino de “Amos” a falta de Padres simbólicos (cultura barrial, escuelas que transmitan valores o sea de capital humano y social que es la base de la riqueza de los pueblos).
De ahí la necesidad de comunidades terapéuticas que operan como “escuelas de vida”: Segundas familias posibles.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 10.12.2023
Drogas: sugar baby y sugar daddy

Venimos situando editorialmente, desde hace varias notas, la existencia de una supraestructura de poder que comanda el consumo pandémico de drogas que supera las estructuras nacionales de ese otro poder imponiendo conductas. Se aprovecha de un malestar cultural en una infraestructura social desfamiliarizada, con pobreza creciente, escolaridad anémica y una soledad en miles.
Las drogas son solo un anestésico de traumas, vacíos, soledad y de crisis de funciones simbólicas parentales. Sociedad “rota” en sus estructuras de humanización.
La plusvalía que genera es a costa de muertes, deterioros, psicosis crónicas y distintas formas de morirse viviendo en la inconciencia zombie.
Nadie mejor que el pensador francés Edgard Morin lo explicó en sus textos cuando decía: “Vivimos en una época de megabarbarie generalizada en donde priman el individualismo, la masificación de drogas y la errancia de los amores”. Y sigue diciendo “al dejar de ser un problema individual y ser masivo es un problema de la polis, o sea politico”.
Lo que Morin en los 2000 quizás no intuía es que esa megabarbarie ya es un suprapoder que está por sobre las llamadas naciones. Lo que si veía Morin era que en el futuro se necesitarían “casas de vida” (familias sustitutas, o sea instituciones que propongan la humanización y el reinado de la palabra y los vínculos por sobre la química y la explotación de las personas), o sea refugios en donde el hombre rescate la humanidad.
Ese suprapoder agrupa desde centros de producción (América latina es prácticamente un centro productor de drogas), traslado, peajes para funcionarios, centros de distribución, búsqueda de ‘capangas’ territoriales, elección de los que harán el narcomenudeo (habitualmente menores desamparados), barras bravas como fuerza de choque y de distribución que comandan, incluso, clubes -especialmente los más pequeños- que forman parte de los importantes conurbanos de las distintas ciudades. También centros de publicidad, desde apps de citas hasta páginas de Instagram y ‘delivery’ de reparto de sustancias, empresas de blanqueo, redes bancarias, ‘narco-fútbol’ con apuestas como manejo para el lavado, dinero para medios de comunicación que faciliten el narcomarketing (banalización del uso de drogas), apuestas como manejo para el lavado, casinos por doquier y uso del sexo como trampa para variados delitos en donde la oferta sexual se une a bandas de ‘viudas negras’ que desvalijan al incauto “viejito” que quería pasar un buen momento. A esto se agrega la elección de sugar baby (jovencitas atractivas habitualmente adictas) que facilitaran el trabajo para ‘cazar’ sugar daddy (‘viejitos’ con plata dulce).

LAS ENSEÑANZAS DE LOS PACIENTES
El consumo de drogas y su acompañante preferido como el alcohol en sus distintas graduaciones tiene todo un negocio detrás que acá estamos analizando y que surge del diálogo, en muchos casos doloroso, con pacientes que han tenido sobredosis o han sido manipulados o formaron parte de bandas de distinto tipo para conseguir mayores réditos.
Es común cuando vemos situaciones clínicas como las drogas se unen a organizaciones que manejan la búsqueda de sugar daddy con oferta de estupefacientes y sexo (padres o viejos dulces por el dinero que poseen); en otros casos la búsqueda de sugar baby (menores ‘apetitosas’ sexualmente), y por último las llamadas ‘viudas negras’ (modalidad delictiva protagonizada por mujeres que duermen con somníferos a sus víctimas para sustraerles dinero y otros objetos de valor unidas a bandas regenteadas por un ‘capanga’ que a su vez utiliza a bandas que vacían viviendas y dinero a las víctimas. Forman verdaderas organizaciones con alto grado de coordinación para concretar las acciones delictivas con distribución de roles para el desapoderamiento de bienes y dinero y, a su vez, ‘dealers’ (distribuidores) que participan del negocio.
En muchos casos se utilizan apps de citas en donde ¿incautos? acuden buscando sexo y drogas y se encuentran en muchos casos con la muerte el ultraje de todos sus bienes.
El pacto del encuentro es la puesta en marcha de todo un engranaje en donde participan distintos actores con marcados rasgos antisociales, desde chicas hasta ‘padres dulces’ en dinero y los distintos ‘capangas’ del negocio. Se duerme a la víctima si es un sugar daddy y luego sigue la función de los distintos actores en el vaciamiento de lo existente.
En una comunicación interceptada por orden judicial uno de los cómplices de las viudas negras decía: “Estoy laburando refino estoy ‘viudando’; la traigo a mi casa, se cambia, la dejo dos cuadras antes, lo engatusa, lo gotea (seguramente tranquilizantes en gotas), lo duerme, me manda la “ubi” (ubicación) y vamos” (Juez Yadarola). Frialdad antisocial total.
En otras circunstancias muchos delitos entre parejas en donde uno de ellos muere esta marcado por el consumo de sustancias. Delirios celotípicos a flor de piel llevan a hechos de sangre.
No olvidemos que las drogas son inductores directos de reacciones psicóticas con delirios y alucinaciones en donde el otro es visto como un perseguidor y siempre aparece la figura de un tercero intrusivo que va a robar la posesión como objeto de la persona amada.
Pero no es un persona, es un objeto y como tal se la trata (el último hecho sucedió en los últimos días de noviembre en La Plata en donde una joven fue tirada al vacío por su pareja por presunto engaño). Crisis de la humanización.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adiccione

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El informe de la Universidad Católica Argentina dice que la Argentina es el segundo pais consumidor de drogas de toda América.

  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 03.12.2023
Infra y super estructura de las drogas

El consumo pandémico se asemeja a un “combo” en donde intervienen elementos derivados y que inter y retroactuan unos con otros:
A. De la psicopatología infantil especialmente ligados al abandono temprano.
B. Las variadas crisis de la identidad en ese “segundo nacimiento” que es la adolescencia en donde desde los 11 o 12 años el tabaco, el alcohol y la marihuana empiezan a incidir junto a un cerebro poco evolucionado en las áreas de la humanización creativa (lóbulo frontal y demás estructuras corticales que culminan su evolución a los 25 años).
C. La escolarización deficiente en la transmisión de contenidos que permitan la comprensión de textos y el inicio del pensamiento abstracto, así como en la transmisión de valores y modelos de vida.
D. La creciente desfamiliarización que genera ausencias de figuras simbólicamente significativas: ya sea el padre o la madre o la familia ampliada (elemento sumamente importante en la formación y contención).
E. Las patologías concurrentes a las adicciones como las psicopatías adquiridas, las psicosis ligadas a la ingesta de tóxicos, los delirios y alucinaciones concomitantes y las psicosis orgánicas unidas a cuadros crónicos por defrontalización (por ejemplo, infartos cerebrales, hipo-flujos en zonas críticas del cerebro ligadas a lo cognitivo) conforma lo que denomino la infraestructura que forma dependientes o sujetos en busca de un amo (dealer, padre, padrone, capangas) y de una sustancia que colme vacíos de sentido y de modelos de vida.
El capital humano (familia, escuela, cultura barrial y territorial) está dañado severamente, ya que miles de jóvenes y adultos tienen patologías crónicas, prevenibles, progresivas y terminales siendo el capital humano el verdadero capital de los pueblos.
También el capital social esta escoriado, o sea la trama de instituciones que rodean un desarrollo (desde las escolares, religiosas, barriales, jurídicas, el Estado mismo). Asistimos a una sociedad “rota” a lo cual se une una pobreza infantil que alimenta el desempleo y la promoción de una mano de obra esclava para los negociantes de drogas y actividades ilegales. La infantilización de la pobreza nos muestra que los menores son más pobres que el resto de la población. Los adolescentes son los más vulnerables junto a niños de hogares monoparentales. Incluso hay niños no registrados, sin documentos; “son nadies entre los nadies”. ¿Qué es un padre?¿Qué es una madre?
Datos del primer semestre de 2023 muestran que el 57 por ciento de los niños de 0 a 17 años de nuestro país son pobres, o sea casi 7 millones y medio. El 14,3 por ciento vive en pobreza extrema (1,8 millones) que no cuentan con recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. La pobreza infantil alcanzó su punto máximo en la segunda parte del 2020 con un 58 por ciento. Todos estos datos surgen del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. La pobreza crece a medida que crecen los niños. Entre los 0 y 3 años el porcentaje de niños que viven en pobreza extrema es del 10,4 por ciento; se eleva al 12,5 por ciento entre los 4 y 9 años y luego aumenta al 15 por ciento entre los 10 y 17 años.
La monoparentalidad está comprobada, es una vulnerabilidad muy importante. La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin funcion paterna transmisora. También hay madres que venden drogas con sus hijos (empresa familiar que los sucumbe en la marginalidad y la enfermedad).

LA SUPERESTRUCTURA DE PODER
Sobre esto se monta una superestructura de poder que en su invisibilidad ya se muestra para los que trabajamos en esto cada vez más visible. Son varias estructuras de la destrucción que se montan articuladas (muchas en pugna entre sí para ganar negocios a costa de mucho “plomo” o de influencias políticas).
No me voy a referir a aspectos conectados con este super Estado que hace de los Estados nacionales meras marionetas como las zonas de producción: Colombia produce más cocaína que petróleo y hace lo posible para producir más y más y por supuesto exportarla. Tampoco me voy a referir a las variadas redes de tráfico mexicanas con enlaces en todos los países. Ni a las zonas de narcomenudeo.
Un tema clave es el lavado de activos que es la usina multiplicadora de los negocios y por ende la multiplicación ad-infinitum de pacientes graves. Es el motor de una economía que ansía tener más esclavos para dominar y más pacientes esclavos a sus demandas y/o como transportadores de sustancias con el pago con las mismas sustancias.
Uno de los lavadores de activos más importantes son los casinos y bingos y ahora apuestas de juego; sobre esto el experimentado y brillante periodista colombiano Gerardo Terán dice en un maravilloso trabajo titulado ‘¿Qué tipo de libertad se va a aplicar?’: casinos, bingos y loterías fueron manejados por el Estado hasta los ‘90, luego pasaron a manos privadas. La gran mayoría están en la provincia de Buenos Aires (30 por ciento del negocio). Una de las máximas entradas son los tragamonedas (81.000) en 306 salas; de cada 100 pesos jugados solo 6 quedan en manos del Estado (informe de Walter Martello, defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires).
En cada tragamonedas se juega 296 dólares diarios los cuales al año generan alrededor de 9.000 millones de dólares al año. ¿Qué pasaría si ese dinero fuera a una inversión productiva y no sirviera para esquilmar a la población o para justificar dineros mal habidos?
Recuerdo un maravilloso Obispo que se opuso por razones religiosas a que en su Diócesis se colocaran salas de juegos de distinto tipos, y sufrió drama y escarnio por esa medida virtuosa. Eran otros otros tiempos, hoy no le preguntarían a a un Obispo.
Cincuenta mil millones en casinos, bingos y maquinas tragamonedas, 44 mil en Loto, Quini 6, loterías y quinielas. A esto hoy se agregan apuestas en el fútbol lo cual hace dudar de ciertos resultados de acuerdo con el juego de apuestas.
El Gafi, grupo de acción financiera internacional, considera que el juego es uno de los grandes lavadores de activos de atividades ilegales y tiene mucho que ver con el financiamiento del terrorismo internacional y el negocio de la venta de drogas.
Esos casi 9.000 millones de dólares anuales representan un robo organizado a la economía real, dice maravillosamente Terán, y eso que él se maneja con datos del 2015. Ahora seguramente subieron mucho y además no se cita todavía casinos y apuestas.
El dilema futuro de la libertad que se proclama es si es libertad es para hacer cualquier cosa, aunque haga mal al sujeto o a la sociedad o la libertad para distinguir entre lo que hace bien o hace mal. La libertad del “para qué” y ahí aparece el bien común, la promoción del capital humano (verdadero capital de los pueblos) y el capital social que es la red institucional que constituye a los grandes países.
Remata Terán con el maravilloso ejemplo del General Mosconi que después de crear YPF murió pobre pagando 9 pesos mensuales de una cuota de su casa. “Altri tempi”.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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“Instaurar un sistema totalitario implica promocionar el odio al enemigo del momento y promover la mediocridad”. (George Orwell)

  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 26.11.2023
El ‘Gran Hermano’ ideológico y las drogas

La realidad de la clínica contrasta con el relato ideológico que parece reinar. Jóvenes dañados por un consumo que comienza a los 11 años, familias desesperadas que buscan ayuda, adultos liquidados en sus estructuras cerebrales y con daños metabólicos graves (diabetes, por ejemplo) con un consumo pertinaz y con deudas millonarias por deudas a los dealers.
El pensamiento políticamente correcto se opone a expresar esta realidad mientras muchos vagan por las calles como ‘zombies’ buscando una limosna para poder consumir porque la abstinencia los consume. Así recibimos a muchos pacientes.
Las claves para comprender el imperio de la corrección política se pueden encontrar perfectamente en George Orwell en su maravillosa obra ‘1984’ que parece ser una pintura de lo actual. Nos muestra la tentación totalitaria que, como sombra, nos persigue y nos lleva a sustituir la realidad en aras de un relato ideológico en donde debemos pensar que “2 mas dos es igual a cinco” sin inmutarnos.
Así, las drogas se banalizan en su uso y se niegan el daño a la salud individual y pública que generan, aunque los servicios de atención están repletos de pacientes y muchos de ellos basan sin atención ni prevención.
La prevención primaria (desde los primeros años) y la detección precoz valen para todo menos para el consumo de drogas. Valen para el cáncer de mama, de próstata, la hipertensión, etc, pero hasta ahí.
Así, los números de consumo año a año aumentan y en los registros oficiales del Censo Nacional (habitualmente con subregistros porque la población habitualmente oculta datos en este tema) reconoce un 66 por ciento de consumo de alcohol; un 27 por ciento de tabaco; un 31,3 por ciento de tranquilizantes; un 5,5 ´por ciento de cocaína y 5 por ciento de marihuana; marihuana y alcohol, 60,8 por ciento de la población.
El imperio de la corrección politica y la cancelación se notan claramente desde el pensamiento de Orwell. De esto no se habla, salvo cuando exista un hecho trágico ligado al consumo: choques, violencias, muertes de personajes conocidos, etc. Así, parece ser en el tema drogas y alcohol.
Así, se instaura la mentira institucionalizada al decir de Orwell. El totalitarismo del pensamiento genera un mundo invertido paralelo en donde el cambio del sentido común es clave como dice Gramsci (filósofo marxista).
Mientras el gran G. Marcel dice que la sabiduría es solo “sentido común” en su obra ‘La decadencia de la sabiduría’. Del otro lado del mostrador nos insisten que la verdadera revolución es lograr cambiar en la mente del pueblo el sentido común.
Todas estas estadísticas muestran un aspecto de la realidad, ya que están unidas a un imperio del narcomenudeo en los barrios con mano de obra esclava que hacen fila para entrar a repartir lo que el negocio de la droga ofrece.
Son los menores sueltos y abandonados de una sociedad desfamiliarizada que produce en masa esclavos en busca de un amo que los domina y los dirige a falta de un padre o con una familia monoparental muy disfuncional.
Hoy hay nueve mil chicos que buscan ser adoptados en familias y solo 1874 que los quieren adoptar. En Argentina el 60 por ciento de los chicos son pobres. El 40 por ciento de la población también es pobres y hay 5 millones de indigentes con un proceso grave de desfamiliarización.
La infantilización de la pobreza nos muestra que los menores son más pobres que el resto de la población. Los adolescentes son los más vulnerables junto a niños de hogares monoparentales. Incluso hay niños no registrados, sin documentos; “son nadies entre los nadies”. ¿Qué es un padre?¿Qué es una madre?
Datos del primer semestre de 2023 muestran que el 57 por cientp de los niños de 0 a 17 años de nuestro país son pobres, o sea casi 7 millones y medio. El 14,3 por ciento vive en pobreza extrema (1,8 millones) que no cuentan con recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. La pobreza infantil alcanzó su punto máximo en la segunda parte del 2020 con un 58 por ciento. Todos estos datos surgen del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
La pobreza crece a medida que crecen los niños. Entre los 0 y 3 años, el porcentaje de niños que viven en pobreza extrema es del 10,4 por ciento; se eleva al 12,5 por ciento entre los 4 y 9 años; y luego aumenta al 15 por ciento entre los 10 y 17 años.
La monoparentalidad está comprobado: es una vulnerabilidad muy importante. La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin función paterna transmisora. También hay madres que venden drogas con sus hijos (empresa familiar que los sucumbe en la marginalidad y la enfermedad). Hoy tener una familia y máxime ampliada (con abuelos y tíos presentes) es un indicador de salida de la pobreza. La solidaridad de la familia es clave.

EL NARCO-MARKETING
Sobre esta estructura de desvalimiento y de intemperie afectiva e incluso alimenticia se monta un narco-marketing de banalización de los daños que sirve a la vez para zurcir daños y traumas, pero solo anestesiándolos por un breve tiempo mientras crece el resentimiento y se van así configurando personalidades antisociales y con daños cerebrales por el consumo precoz.
Este narco-marketing tiene una financiación de un Estado supranacional productor de drogas en América latina cada vez más fuerte que transforma a los Estados nacionales en meras marionetas.
Este consumo precoz daña porque el cerebro esta inmaduro para resistir el embate de los daños que genera el proceso adictivo (pensemos que la maduración recién termina a los 25 años) y además no hay reserva cognitiva.
La reserva cognitiva es nuestra salvación en la vida: educación, escuela, valores familiares y sociales, lectura, deporte, amor y ternura familiar. El cerebro para configurarse necesita de Letras y Amor. Esto constituye una reserva cognitiva para superar traumas tóxicos y psíquicos.

MENTIRAS INSTITUCIONALIZADAS
Se va creando una neolengua diría Orwell en donde la cancelación de muchas palabras es fundamental: daños causados por las drogas, prevención, política antinstitucional asistencial, libertad para consumir que no lleva a la esclavitud, etc. Los grupos que salgan de esta neolengua deben ser cancelados y son considerados disidentes. Surgirá la policía del lenguaje. No se podrá expresar las propias ideas porque esto lo lleva a la disidencia. La destrucción de la posibilidad de pensar está ahí.
Nuevos textos se agregan a la pobre y deficitaria formación escolar porque habrá que “reescribir la historia”. Surge un “Gran Hermano” ideológico que todo lo controla. ¿Para que leer a los clásicos como Shakespeare, Cervantes?
Adoctrinar es la clave. Las palabras familia, hijos, papel sagrado la niñez, el nacimiento tienen menos valor que la promoción del aborto, etc. Surgira así un sistema de corrección politica que genera desde el Gran Hermano ideológico una vigilancia permanente.
No importan los datos de la pandemia de consumo ni las consecuencias a la salud publica, ya que se crea la interiorización de la coacción ideológica con la institucionalización de la mentira y el imperio del pensamiento políticamente correcto.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 19.11.2023
Democracia, drogas y familia

En momentos post-eleccionarios en donde se definen cuestiones esenciales vale recordar ejemplos de otros países que intentaron defender sus democracias.
Me llamó la atención que en las campañas el tema de la vida familiar, la cantidad de chicos abandonados, madres solas, familias rotas y de las drogas en sus ascenso temprano a los 11-12 años de edad; todos estos temas no estuvieran sobre la mesa.
Vale la pena recordar ejemplos de otros países en donde hacen honor a aquella afirmación olvidada de K. Chesterton :”…el primer estado es la familia”. Winston Churchill después de la Segunda Guerra Mundial le preguntó al más reputado y brillante pediatra y psicoanalista inglés que podía hacer cuando había tantos chicos solos y desamparados sin padres luego de la muertes en la guerra y éste le respondió: “…si queremos un democracia en Gran Bretaña cuidemos la familia y la vida familiar; llene a nuestro país de familias adoptantes…no hay democracia sin niños con familia”.
Otro grande John F. Kennedy al ver el auge de la droga que ya sobrevenía sobre USA y la consiguiente desfamiliarización le pregunta a otro brillante psicoanalista de niños B. Bettelheim que podía hacer y éste le responde “…fortalezca la vida familiar de lo contrario oscuros tiranos del marketing y de la droga se harán cargo de ellos”.
DESAMPARO INFANTIL Y DEMOCRACIA
Hoy hay 9.000 chicos que buscan ser adoptados en familias y solo 1.874 que los quieren adoptar. En Argentina el 60 % de los chicos son pobres. El 40% de la población también son pobres y 5 millones de indigentes con un proceso grave de desfamiliarización.
La infantilización de la pobreza nos muestra que los menores son más pobres que el resto de la población. Los adolescentes son los más vulnerables junto a niños de hogares monoparentales. Incluso hay niños no registrados, sin documentos; “son nadies entre los nadies”. ¿Qué es un padre?; ¿o incluso que es una madre?
Datos del primer semestre de 2023 nos muestra que el 57% de los niños de 0 a 17 años de nuestro país son pobres o sea casi 7 millones y medio. El 14,3% vive en pobreza extrema (1,8 millones ) que no cuentan con recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. La pobreza infantil alcanzó su punto máximo en la segunda parte del 2020 con un 58%. Todos estos datos surgen del Observatorio de la Deuda Social de la U.C.A.
La pobreza crece a medida que crecen los niños. Entre los 0 y 3 años el porcentaje de niños que viven en pobreza extrema es del 10,4%; se eleva al 12,5% entre los 4 y 9 años y luego aumenta al 15% entre los 10 y 17 años .
La monoparentalidad está comprobado es una vulnerabilidad muy importante. La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin funcion paterna transmisora. También hay madres que venden drogas con sus hijos (empresa familiar que los sucumbe en la marginalidad y la enfermedad).
Hoy tener una familia y máxime ampliada (con abuelos y tíos presentes ) es un indicador de salida de la pobreza. La solidaridad de la familia es clave.
Desfamiliarización y pobreza infantil le da al “Poder Transnacional” de las drogas mano de obra esclava barata y descartable.
El verdadero capital humano de un pueblo es que haya familias y escuelas que eduquen; desde hay salen los modelos de vida y la vida con “sentido, vocación, misión y proyecto” (Ortega y Gasset).

FAMILIAS ADOPTANTES Y DEMOCRACIA
Vale la reflexión de Winnicott a Churchill llene de familias adoptantes a Gran Bretaña; o sea ponga este problema sobre el tapete social. Mientras miles vagan por la ciudad mendigando comida entre la soledad, la indigencia, el desamparo y buscando drogas. Ellos no figuran en los registros oficiales. Rapidamente encontraran trabajo como “delivery” de dealers y encontraran un “Padre-Padrone” al mejor estilo de la mafia italiana que suplantara perversamente al “padre simbólico” que necesitarían.
Donde hay drogas en masividad con organizaciones nacionales y Supra Nacionales (Supra-Estados) es muy difícil que germine la Democracia. La vida familiar es la compañera de la democracia.
Sigue diciendo brillantemente Winnicott: “…de una verdadera democracia, tal como el término se utiliza hoy, cabe afirmar: en esta sociedad, y en este momento, existe suficiente madurez en el desarrollo emocional de una proporción suficiente de los individuos que la integran como para que haya una tendencia innata a la creación, recreación y mantenimiento de la maquinaria democrática. Sería importante saber qué proporción de individuos maduros se requiere para que haya una tendencia democrática innata. En otras palabras, qué proporción de individuos antisociales puede contener una sociedad sin que desaparezca la tendencia democrática innata”.
O sea, a mayor antisocialidad, mafias, delitos, organizaciones corruptas es muy difícil que germine la democracia.
Sigue diciendo “… de cualquier manera, el intento de los padres de proporcionar un hogar para sus hijos, en el que éstos puedan crecer como individuos, y en el que cada uno de ellos adquiera gradualmente la capacidad de identificarse con los padres y luego con grupos más amplios, comienza desde el principio, cuando la madre se adapta a su bebé. Aquí el padre cumple la función de agente protector que asegura a la madre la libertad necesaria para consagrarse por completo a su bebé”. La importancia del hogar se reconoce desde hace mucho, y en los últimos años los psicólogos han aprendido mucho sobre las formas como un hogar estable no sólo capacita a los hijos para encontrarse a sí mismos y encontrarse mutuamente, sino que también los ayuda a convertirse en miembros de la sociedad en un sentido más amplio.

El CUIDADO DEL BEBE Y LA DEMOCRACIA En nuestro país se habla más del aborto que del cuidado del bebe. El desarrollo primitivo se da en la relación madre-bebe. Surge de un proceso de maduración y de acumulación de las experiencias de vida, pero se necesita de un medio favorable.
Va de la dependencia absoluta a la autonomía. Nacemos con una capacidad innata de maduración, con una potencialidad para crecer y madurar.
De entrada, hay una fusión con la madre por la inmadurez; el y su madre son la misma cosa. Él bebe no puede discriminar yo-no yo. La madre es concebida como una parte propia.
Una madre “suficientemente buena” es aquella que tiene capacidades de juego y creativa con el niño. La preocupación materna primaria implica un estado ensimismamiento y preocupación permanente por el bebe. La concentración en el bebe debe ser permanente. A algunas mujeres les resulta difícil tener esta preocupación maternal primaria. Puede haber una preocupación compulsiva o un abandono como elementos preocupantes.
La madre debe tener tres funciones : 1. Sostenimiento-holding. 2.Mantenimiento o Handling: manipular afectivamente al niño. 3: Mostración de objetos o realización; hacer real el impulso creativo.
Hay un espacio transicional entre el niño, la madre y el mundo; representa a la madre cuando ella está ausente. Solo la familia puede representar a la madre cuando ella no está. La democracia surge de familias sólidas y fuertes que garantizan la menor cantidad posible de antisocialidad y de respeto por el otro. Enigmas, estos en nuestro país.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 12.11.2023
Historia de vida y esperanza: Sebastián

Oración de la serenidad: “Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que puedo cambiar… valor para aceptar aquellas que no puedo y sabiduría para aceptar la diferencia…”. Debemos recordar esto todos los días y además recitarlo con nuestros pacientes. Nos consuela al ver tanta destrucción, pero también nos da fuerzas cuando vemos rehabilitaciones que son verdaderas resurrecciones (resurrección es que “el alma vuelve al cuerpo”) como la que vamos a narrar de Sebastián.
Hay días que vemos escenas de “cementerio a cielo abierto” por el deterioro evidente que se observa. Incluso los más experimentados nos afectamos mucho al ver el triunfo de la autodestrucción, ya que algunos eran profesionales con varios títulos universitarios.
“Doctor, no pude parar”, escucho decir. Noches eternas sin días y aparecen avejentados, demolidos y sin fe. Familias destruidas, abandonados los hijos. Depresión por doquier.
Otros se resisten a ver y niegan lo evidente de su desborde suicida. Esto durará unos días hasta cuando se encuentran con un equipo que, sin juzgar, les muestra lo negado y los ayuda a sobrellevar traumas de años que quisieron “zurcir” con químicos mientras que estos solo se “zurcen” con palabras y a veces atravesando un desierto en donde no se ve salida hasta que aparece ¡un oasis! que es el encuentro con el sí mismo a través de un diálogo enriquecedor con un terapeuta y un grupo.
A veces para llegar a la Tierra prometida hay que atravesar un desierto; pero debe ser en compañía. El tratamiento es un acompañamiento terapéutico sistemático.
Otros llegan casi ciegos con curvas de glucemia no tratadas que llevaron a este estado siendo jóvenes. El ‘crack’ (droga destructiva y letal) era el ‘oro’ que prometía omnipotencia en la Tierra, pero a su vez con la casi muerte asegurada. La ceguera fue el ¿premio? o una enfermedad crónica con la insulina como compañera de vida para no desbalancear el metabolismo.
Un paciente me sorprendió cuando me dijo que no recordaba nada de su vida desde que empezó a consumir a los 12 años y ahora tiene 21. Mente en blanco. Tardo tres meses en contármelo, luego lloró, me abrazó y me dijo: “Gracias”. Ahí empezó su rehabilitación. Quien puede decir gracias, perdón y permiso ya entra en el camino de la humildad, bases de un cambio.
Todos estos daños, mostrados anteriormente van acompañados de una “anosognosia”, o sea con una alteración cerebral que los lleva a la perdida de la lectura de sí mismo y tener una introspección con un sano juicio de realidad y a la vez la perdida de empatía en donde la desconexión lleva a la “sordera” al otro y por ende al choque frontal con una realidad que los lleva a enfrentarse con una pared de cemento.
Enfermedad que es crónica, progresiva y terminal cuando ya se instala e hipoteca zonas cerebrales claves en la cognición la memoria, la atención, el aprendizaje con daños cognitivos y con alteraciones metabólicas que pueden llevar a la diabetes por ejemplo. Y en los distintos sistemas orgánicos.

“EL SOL SIEMPRE ESTA…”
El hecho de que sea una enfermedad crónica no quiere decir que no tenga tratamiento ni tampoco que pueda existir una rehabilitación. Al contrario, dado un cambio de un sistema de vida, estilos de conducta, personas, lugares y situaciones que no se deben ya más frecuentar; todo esto configurara una rehabilitación posible.
Hace días recibo el llamado de un paciente que trate hace años (más de diez) y me refiere que va a ser director de la Agencia de Adicciones de su provincia Santa Fe. Con permiso de él redacto esto: es Sebastián Mascherano. Ejemplo de vida. Cambió todo sus hábitos y se dedicó a dar conferencias a jóvenes y familias. Llegó a dar 700 y publicó su experiencia de rehabilitación con nosotros en un libro.
Lo invitamos al programa de radio que Gradiva tiene en radio Amadeus y que se replica en Radio Tribuna de Nueva York para una red de radios latinas con A. Muney, el Doctor E. Stein y O. Lettieri todas las semanas. Todo lo que voy a describir lo hago con su permiso porque puede ayudar a muchos a salir del infierno en la Tierra que se han fabricado.
Allá, por el 2012, se me acerca un adulto joven para iniciar un tratamiento en sus 35 años. Vencido y derrotado por el consumo y por noches eternas. Su abstinencia es grande y desde su Santa Fe natal vive lo que ya era el inicio de una provincia narco. Me asombro desde los primeros días el llanto de su hijo que deseaba tener un padre. Me conmovió y creo que a él también. Todavía recuerdo a su hijo llorando mientras dibujaba en mi escritorio una familia. Esto lo impactó a Sebastián que contaba con el apoyo de toda su familia y con visitas de su hermano cuando venia de Europa donde jugaba al fútbol. Se integró rápidamente a los grupos y tuvimos largas sesiones de terapia y reuniones familiares. Como se dice habitualmente “había tocado fondo”.
Dice en la entrevista radial: “…me enseñaron a hablar”, “tuve la oportunidad de conocerme y que me curaba por la boca”; “descubrirme, mirarme al espejo”. “Basta de anestesiarme y me alejé de personas, lugares y situaciones que me pudieran llevar al consumo y me acercaban a una recaída”.
“Trataré en Santa Fe -decía- de reforzar los vínculos familiares porque la prevención empieza en la familia sabiendo que cada vez hay menos familia, pero la escuela , el barrio, los grupos culturales, deportivos, religiosos tendrán que dar su aporte”. Hoy en Santa Fe -seguía diciendo- desde los 10 u 11 años están consumiendo y hay que “destapar esa olla”.
“Yo levanté secretos, abandoné la noche, volví a ser aquel jugador de fútbol de Rosario Central que se frustró por el consumo”. Un año y medio le llevó zurcir traumas, develar secretos y se acercó fundamentalmente al sí mismo olvidado en noches eternamente autodestructivas.
En esas 700 conferencias que dio por todo el país recordó un valor básico de nuestra Institución que es el servicio: “todo lo que da vuelve doblemente”. Nuestros valores son seis:
1. Aceptación de la enfermedad (lo tenés que hacer solo porque de vos depende, pero no lo podés hacer solo).
2. Humildad.
3. Transparencia.
4. Perseverancia.
5. Reconciliación (el valor central de perdonarnos).
6. Servicio.
La renuncia al consumo y a todo lo que lo rodea corta transversalmente este conjunto de valores. El alta para un adicto -nos sigue diciendo- “no la tenemos nunca; depende de nuestros cuidados y esto se enseña”. Encontré en el centro de rehabilitación una “segunda familia” desde los terapeutas hasta las cocineras.

LEMA DE LA RECUPERACION
Por último, recuerda el lema que es parte de la iniciación de cada grupo: “Hoy estamos aquí porque no hay ningún lugar donde escondernos de nosotros mismos; hasta que una persona no pueda compartir sus secretos estos no le darán descanso; temerosos de ser conocido no podrá conocerse a sí mismo ni a los demás y estará solo; donde podremos conocernos mejor que en nuestros puntos comunes”
 .
Aquí juntos, una persona persona puede manifestarse claramente a sí misma no como el gigante de sus sueños ni como el enano de sus miedos sino como un hombre parte de un todo con una contribución para ofrecer; sobre esta base podremos enriquecernos y crecer, no con la muerte sino vivos para nosotros mismos y los demás. Hoy estamos aquí porque no hay ningún lugar para escondernos de nosotros mismos. Sebastián Mascherano recuerda que se puede. Hay salida.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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  • POR JUAN ALBERTO YARÍA
  • 05.11.2023
Se necesita todo un pueblo para educar a un hijo (proverbio africano)

El Primer Estado es la Familia repetimos continuamente en estas columnas siguiendo las ideas del gran pensador ingles del siglo XX K. Chesterton. No es casual que lo hagamos ya que vemos como a uno de los principales problemas argentinos la des-familiarización, madre de todas las enfermedades ya que nuestra vida se basa en la transmisión entre generaciones de vínculos, historias, símbolos que nos identifican a una progenie y a una raíz. Los antiguos tribales cuando un niño nacía y era abandonado el grupo se hacía cargo de ellos.
Por doquier observamos a niños abandonados que luego en la adolescencia y en la primer pubertad comienzan a usar drogas. Familia y salud van de la mano . Abandono y enfermedad también.

LOS QUE VAGAN
Mientras tanto 9.000 chicos buscan ser adoptados en familias y hay solo 1874 familias que buscan adoptar en los 605 hogares que pululan por el país. Miles vagan por las calles sin hogares estatales o privados.
En las diversas campañas políticas la familia y sus problemas, así como la des-familiarización brillan por su ausencia. Es solo un dato de la crisis que vivimos. ¿Quién habla de familia en esta sociedad? Se habla del consumo pandémico de drogas ; enfáticamente también NO.
Tomemos como ejemplo el barrio de Constitución y ahí es habitual ver adolescentes, jóvenes y adultos comprar y consumir sustancias a cualquier hora; muchos deambulan por las calles como zombies y duermen en plazas o en las veredas. Si realizamos una historia clínica de estos muchachos vemos la peor cara del abandono social y la des-familiarización.
La prostitución es común , las enfermedades venéreas y el HIV reinan , los transas que comercian no solo drogas sino celulares, zapatillas, objetos varios también. El Infierno en la Tierra. Las mismas trabajadoras sexuales venden drogas.
Viven o sobreviven en cementerios a cielo abierto ante la mirada atónita y miedosa del resto de la población. Todos paralizados .No hay respuestas salvo un grupo de madres: Madres por una Juventud Despierta (fíjense el nombre que las define porque apelan a la existencia de jóvenes lucidos y no a zombies que vagan como nadies por la ciudad) que tratan en recorridas de darle una solución al problema y ofrecerle desde comidas hasta un centro terapéutico (escasos en el país y poco estimulados para su desarrollo por la autoridad).

INFANTES ABANDONADOS
La infantilización de la pobreza nos muestra que los menores son mas pobres que el resto de la población. Los adolescentes son los mas vulnerables junto a niños de hogares monoparentales. Incluso hay niños no registrados, sin documentos; “son nadies entre los nadies”. ¿Qué es un padre?; ¿o incluso que es una madre? Datos del primer semestre de 2023 nos muestra que el 57% de los niños de 0 a 17 años de nuestro país son pobres o sea casi 7 millones y medio. El 14,3% vive en pobreza extrema (1,8 millones ) que no cuentan con recursos suficientes para acceder a una alimentación básica. La pobreza infantil alcanzó su punto máximo en la segunda parte del 2020 con un 58%. Todos estos datos surgen del Observatorio de la Deuda Social de la U.C.A. La pobreza crece a medida que crecen los niños .Entre los 0 y 3 años el porcentaje de niños que viven en pobreza extrema es del 10,4% ; se eleva al 12,5% entre los 4 y 9 años y luego aumenta al 15% entre los 10 y 17 años . La monoparentalidad está comprobado es una vulnerabilidad muy importante. La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin función paterna transmisora.
También hay madres que venden drogas con sus hijos (empresa familiar que los sucumbe en la marginalidad y la enfermedad).
Hoy tener una familia y máxime ampliada (con abuelos y tíos presentes ) es un indicador de salida de la pobreza. La solidaridad de la familia es clave.
Los hogares monoparentales son los más vulnerables, así como los adolescentes que no estudian; ¿”que es eso de ir a la escuela”?
Des-familiarización y pobreza infantil le da al Poder Transnacional de las drogas mano de obra esclava barata y descartable.

NECESITAMOS FAMILIAS ADOPTANTES
La adopción es una institución que nació para garantizar el derecho fundamental de todas las niñas, niños y adolescentes a vivir en una familia. Por parte de los adultos, implica el deseo profundo de ahijar y el poder asumir una enorme responsabilidad, que es para toda la vida.
Los que tienen la suerte de tener una casa de contención estatal o privada esperan… y esperan algo que después de tanto tiempo ya tiene gusto a imposible: que alguien quiera adoptarlos.
El Estado toma una medida de protección excepcional y son llevados a un hogar por sufrir vulneraciones de derechos y violencias, pasan años institucionalizados hasta que son adoptados o pueden volver con su familia de origen, si se revierten las circunstancias que provocaron la separación (a menudo padres violentos, abusadores, hermanos muertos por también violencia parental o barrial,etc.). En muchos casos si no son apartados de la familia corren riesgo de vida.
Por ley, las medidas de protección deberían durar 180 días, pero en la práctica se extienden durante años. El único dato oficial figura en un informe de Unicef y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de 2022: la mayoría de las jurisdicciones del país (el 83%) señalaron que el plazo de permanencia más frecuente de los chicos alojados en dispositivos de cuidado supera lo que marca la ley .
Muchos pasan varios años institucionalizados hasta que se define la situación. La magnitud del problema supera las instancias de contención y también debemos decir que nuestra sociedad parece dormida ante esta realidad. Necesitamos voluntarios, familias adoptantes. Recordemos el viejo lema africano: Se necesita todo un pueblo para educar a un hijo.
“Desde la familia surge la palabra porque nacen los vínculos y estos son los que nos salvan” (Boris Cyrulnik-nacido y abandonado por muerte de los padres en un campo de concentración). Hoy vivo en sus casi 100 años nos relata en su maravilloso libro Soles de noche (resiliencia) el renacer cuando una familia judía perseguida lo adoptó: “Porque la forma màs segura de recoser un desgarro es suturar la herida con palabras”.

Juan Alberto Yaría

* Director general de Gradiva – Rehabilitación en adicciones

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