Padres y Drogas (VI)
“Vivimos en la cultura del “todo vale”, la “cultura cualquiera”.
Guillermo Maci- Conferencia en Congreso de Comunidad Terapéutica Gradiva
El filosofo Maci desde una óptica analítica nos enseña que estamos en la cultura del “todo vale” en su doble acepción; por un lado como nos enseñaba el maestro “Minguito” (Juan Carlos Altavista) “se igual” o sea da lo mismo “un burro que un gran profesor” en el decir de Discepolin. La escala de valores, tomando cualquier marco ético ha perdido la dimensión de lo que hace bien o hace mal. Es la primacía de lo mismo. Todo es lo mismo. Da igual. La apatía ética suplanta al asombro frente a lo desagradable, dañino o perverso. Pero por otra parte Maci nos enseña que en un mundo en donde todo cuesta, todo tiene solo un valor metálico. Machado nos enseñaba a distinguir entre valor y precio. Todo parece tener precio. Así llegamos a la monetarización de las existencias. Machado relataba que el verdadero valor se da en la gratuidad (por ejemplo en el amor)”. Así la sociedad monetarizada queda sometida a la tiranía de lo que marque la publicidad y el mercado. Se criticaba la tiranía de los padres y la escuela antigua. Nuevos tiranos hoy se han instalado. Son tiranos que subyugan con imágenes tentadoras, con estudios de los deseos y con encuestas para posicionar objetos; alcoholes, marcas, drogas. Desde una zapatilla de onda y un boliche “cool” hasta una bebida energizante. Es la llamada “sociedad dirigida por los otros” que inmortalizara el gran sociólogo D. Riesman. Los otros son el mercado; mientras tanto el ser dirigido por sí mismo está en crisis. Por ende también, el niño y el adolescente que crecen. La educación es un instrumento fundamental para derrotar o combatir a esta “cultura cualquiera” que Discepolo y Minguito también describen. ¿Cómo educan los padres que tienen hijos consumidores y como lo hacen los que no tienen hijos consumidores? (Encuesta a padres. Universidad de Deusto – Bilbao – España). Los que tienen hijos consumidores tienen las siguientes características: A- perciben su papel como padres como muy difícil; B- Se sienten desbordados ante la adolescencia de los hijos; también confusos y desorientados; C- no se plantean con seriedad el papel de educador; D- pasan por practicas educativas diversas: democrática, permisiva, indulgente, inconsistente; E- gran permisividad, tolerancia excesiva, indulgencia, ambivalencia y duda; F- hay un clima familiar conflictivo con gran roce; discusiones permanentes concesiones ante las exigencias de los hijos. Por otro lado los que no tienen hijos consumidores actúan de la siguiente forma: A- Hay mayor seguridad de ejercitar su función educadora; B- no dudan sobre su papel y funciones; C- son padres antes que amigos; D- las normas son firmes pero flexibles si las circunstancias lo aconsejan; E- abogan por el dialogo, la negociación y si lo consideran necesario hacen prevalecer su criterio; F- no recurren a penas y a castigos pero hay consecuencias si no hay cumplimiento. La educación familiar como parte de la educación social cumple un papel fundamental frente a esta promoción permanente de la “cultura cualquiera”. Es un ancla de la identidad adolescente hoy herida porque no hay con quien confrontar por la crisis del mundo adulto.