VIOLENCIA
«el estado de precariedad torna incierto cualquier futuro, impidiendo lo racional» P. Bordieu» La precariedad de hoy».
Constitución es un campo de batalla. Un atraso en la gestión de los horarios de trenes nos acerca al caos violento en donde desde pasajeros atrasados, hasta pungas ,» dealers» de la zona , anarquistas con pasa-montañas se unen en tropel junto al «Gran Hermano» televisivo que en sus múltiples noticieros incrementan su rating ante la escenificación dramática de lo que sucede. Puede ser mañana una estación de peaje . Un partido de fútbol. Las trabas se resuelven con violencia. No hay dialogo posible , es la paranoia y la venganza lo único meritorio. Los cánticos del tablón suplantan los gestos mudos de la Oficina de Informes que rápidamente es incendiada.
Hoy llegar a casa es una gestión clave dentro de las gestiones diarias. Somos un conjunto de gestiones para sobrevivir, viajar , trabajar, consumir, etc. y que nos llevan a sortear las múltiples incertidumbres que como sombras nos siguen día a día.
En un mundo rápido donde no hay privilegios vitalicios ni lugares eternamente implantados nadie puede perder nada , el tiempo es variable crítica como lo es la seguridad, la comida .Magistralmente Z. Baumann definió a este hombre como «modular» en su libro «En busca de la Política».Somos en esta metáfora como los muebles modulares en contraposición a lo sólido y unificado del mueble antiguo .Vivimos en otra sociedad( ya no la «monacal» y estática) en donde los desplazamientos son fundamentales y en donde quedar atascado es quedar a un costado. Porque somos lo que hacemos todos los días, definiéndolo también como un hombre «sin esencia» que gestiona todos los días su incertidumbre y su precariedad en un mundo veloz que también lo puede considerar a él como un modulo inservible. No estamos más en una sociedad del orden sino en la del riesgo cotidiano en donde es fundamental el mantenimiento ; en primer lugar de nosotros mismos (ante tanto ritmo frenético nuestras arterias sufren por ejemplo) y de todos los sistemas de gestión (computación, transportes, maquinas, vías, rutas, radares, etc.).Todo se gasta y deteriora desde nuestro organismo hasta las redes viales y electrónicas que nos prometen rapidez incluso creándonos una ilusión de omnipotencia. El «todo ya «es una ilusión que genera esta cultura en donde la magia se da la mano con la rapidez. También debemos saber como otra bofetada a nuestra grandiosidad que como nos enseña J. Attali en su célebre trabajo el Titanic:»los políticos ya no están al timón del barco que navega a toda velocidad».El gran pensador francés compara a esta sociedad con el Titanic :» todos suponemos que hay un iceberg esperándonos oculto en alguna parte del brumoso futuro , contra el que chocaremos para después irnos a pique mientras la música siga sonando…».
A esto P. Bordieu , filosofo de nota hoy en Francia, agrega que es ley universal que cualquier proyecto futuro necesita de un cierto «control sobre el presente».Pero el presente es difícil de controlar y máxime en esta sociedad. Desde viajar hasta la seguridad y hasta la lealtad de vínculos son difíciles de controlar .Todos somos potencialmente prescindibles o reemplazables en un mundo vulnerable en donde hasta los privilegios son frágiles y están bajo amenaza. Se acabó el mundo cómodo y seguro.
Sociedad en donde la gestión es clave en un hombre que es pura gestión ,pero también debe ser puro mantenimiento. Ciudades con aglomeraciones en donde a la precariedad se unen usuarios, dealers, «pungas» y todos aquellos que forman parte de las ciudades fantasmas y violentas de las urbes actuales.
El gran tema parece ser ¿ como gestionar las respuestas ante las frustraciones de otro modo que no sean las violentas en esta sociedad tan peculiar que avanza más allá de nuestras decisiones?.Lo trataremos de desarrollar en próximas notas, porque la violencia si triunfa es imitada, se aprende, se transforma en una subcultura dominante .Es también una «virosis» contagiosa.