DROGAS Y DAÑOS

«El cerebro no resiste la manipulación química de las drogas…»

Dr. D. Nahas. Autor: Toxicomanías

Una norma de salud en la adolescencia en relación al uso de drogas y alcohol es «desanimar» por todos los medios posibles el primer uso de drogas. La educación ,la información y la no aceptación social del uso de sustancias son instrumentos fundamentales. Esto surge de evidencias científicas tanto de la neurociencia como de la psicología de la adolescencia: no hay momento de mayor vulnerabilidad que en esta etapa de la vida , tanto para la maduración del cerebro como por la crisis de identidad.

El hecho social de ver como «algo normalizado» el uso y abuso de alcohol  en esta franja de edad como el consumo de marihuana o de «paco» sólo habla de cuanto hemos perdido como sociedad en relación a  valores básicos que hacen a la calidad de vida. Incluso se obvian las consecuencias de estos hábitos sociales obnubilándonos o cegándonos sobre los efectos agudos y permanentes sobre la personalidad de todo esto.

Hay ciertos principios que debemos recordar como hechos preventivos básicos:

1. A menor edad de inicio en el consumo hay mayores posibilidades de un consumo problemáticos en el futuro y de cronicidad en el mismo.

2. Hoy se sabe que el cerebro queda singularmente afectado por el uso de estas sustancias:»las drogas marcan el cerebro del consumidor con un sello bioquímico que persiste una vez que los efectos han desaparecido transformándose en una memoria dominante….»(Nahas obra cit.).A su vez alteran el centro del placer facilitando la reiteración del consumo.

3. Estudios de Naciones Unidas en relación al uso de drogas y la continuación del consumo luego de la primera oferta revelan en la adolescencia lo siguiente: el 35% de la población la rechazó y el 65 % restante que las aceptó, en el futuro de ese porcentaje el 22% continuó con un uso problemático para su salud. O sea que el 22 % de una población quedaría singularmente afectada por el consumo de drogas con consecuencias para su vida personal, afectiva, social, familiar y laboral.

4. Estudios de la Universidad de Oxford muestran que el abuso de alcohol antes de los 14 años genera una tendencia al alcoholismo de alrededor de un 70% en esa población  en la adultez.

5. hoy se sabe que la drogas son xenobióticas (son agentes extraños que dañan el equilibrio cerebral), no las necesita el cerebro para su funcionamiento y éste debe realizar un proceso de adaptación para poder sobrevivir a esta manipulación química.

6. las drogas actúan sobre el cerebro a dosis muy bajas (de ahí incluso su peligrosidad) modificando las bases de su conducta y al mismo tiempo cambian la capacidad del usuario para controlar su auto administración; o sea a medida que se va modificando el consumo y aumentando el mismo el joven pierde la capacidad de controlar la ingesta ( o sea sus grados de libertad).Así se va llegando a una conducta dependiente.

7. estudiando poblaciones de usuarios durante 20 años en Europa se comprobó que del 35 al 42 % abandonó el hábito luego de un tratamiento, el 25 % continuó consumiendo, el 23 % murió y el 10% restante tenía conductas alternantes entre la abstinencia y las recaídas. Se observó que la mitad de la población consumidora tenía trastornos psiquiátricos y neurológicos (especialmente daños en el lóbulo frontal, responsable de las funciones más elaboradas).

Es por esto que hay que «desanimar » el uso inicial de drogas y alcohol, en contradicción con ciertas tendencias que minimizan o trivializan el consumo en la adolescencia.