TIEMPOS VIOLENTOS II
“Corrientes, la calle que nunca duerme…” lema popular desde la década del 30 en el siglo XX.
Pero todo cambió desde la poesía tanguera de un Cadicamo o del mismo Gardel colocadas en la poesía popular. Datos de hoy cuando observamos los accidentes de la Costa en este verano y en otros lugares nos enseñan que el ocio comercializado está muy vinculado a tragedias. Pero los datos son contradictorios, porque por un lado da miedo salir y la noche sugestivamente pierde población y consumidores pero al mismo tiempo la diversión comercializada juvenil avanza y avanza. Dos ciudades para dos públicos diferentes ; el miedo contorneando a los adultos que no salen a espectáculos y entonces Corrientes a las 23 hs. está despoblada y por otro lado los circuitos de la nocturnidad a pleno con un “ejército” de remiseros, combis, taxímetros y “patos- vica “ que garantizan la seguridad. En general en la actualidad post-moderna conviven varias ciudades en una ciudad. Unos “enrejados” en las murallas de sus casas, otros en la calle. Hay horas por donde no circular. Lugares prohibidos.
Datos de hoy y de todos estos meses nos muestran accidentes automovilísticos, intoxicaciones, golpizas entre jóvenes y “patos-vicas” que culminan a veces con muertes. Canillas cerradas, agua como “elixir” buscado cual sediento en busca de un oasis en el desierto. La sed del éxtasis necesita un agua especial para calmar la ansiedad. Los controles de alcoholemia son críticos en este momento ya que los datos hablan de parámetros por encima de lo normal exigido por ley. Incluso no alcanzan los depósitos municipales en distintos lugares del país para absorber la cantidad de autos.
En realidad me acerco a esta temática por mis pacientes adictos que me describen los lugares nocturnos como lugares peligrosos para su recuperación. De suyo el que se rehabilita de alcohol y drogas por un tiempo muy largo no puede concurrir a lugares nocturnos ya que son lugares en donde circula el consumo de sustancias de una manera habitual, por lo menos muy visible para aquel que ya ha quedado expuesto a la enfermedad adictiva y que lo puede exponer a una recaída. Además hoy el horario de cierre de los locales prácticamente ya no existe debido a que el after –hour va llevando hasta el mediodía el término o se sigue en giras hasta otros lugares con cierres diferenciados.
Recordemos ciertas normas de salud olvidadas (la salud en todas las discusiones aparece en un sótano) : a) entrar a la medianoche en las discos y salir al amanecer o al mediodía de suyo genera en cualquiera de nosotros condiciones psicofísicas notablemente debilitadas con una tendencia a amodorrarse y con una disminución de los reflejos que favorece los accidentes y todos los síntomas de excitación psicomotriz ; b) el reloj biológico humano (sereno de la salud de nuestro organismo) que marca como en las plantas y animales el estado de vitalidad , de vigilia y de sueño está alterado en estas condiciones y todo esto se complica cuando operan sobre él ruidos superiores a los decibeles tolerables ( sólo cinco minutos de exposición a estos estímulos genera taquicardia, sudor, fatiga, etc). No olvidemos que en la escala biológica somos animales diurnos ya que todo nuestro sistema metabólico está preparado para el descanso nocturno; no somos lechuzas , ni murciélagos cuya constitución psicofísica está preparada para otro ritmo psico-físico o sea son animales nocturnos ; c) las luces intermitentes (estroboscópicas de estos lugares) operan sobre nuestro cerebro generando conjuntamente con los ruidos superiores a los decibeles tolerables reacciones epileptógenas (descargas impulsivas, por ejemplo). Todo esto unido al alcohol y/o a drogas puede facilitar en personas predispuestas conductas criminógenas ; d) el consumo de alcohol en la previa a la entrada al “boliche” habitualmente es alto lo cual facilita con el continente de estímulos lumínicos, de sonido y la posibilidad de seguir consumiendo una mayor tendencia a la despersonalización.
En toda esta situación hay claramente un fracaso de las autoridades administrativas y es un mundo en donde no parece haber adultos. En 1996 llegué a escribir lo siguiente sobre este tema :”…duermen los padres, duermen los patrones y aparece un imaginario liberador “. Esto ya no existe ya que creo que también no hay adultos durante el día. Ya la noche no es una transgresión ; se transgrede cuando hay una burla a un tercero. No hay tercero, no hay orden a burlar. Entonces el acto supuestamente transgresor convoca al represor y todo termina en una golpiza con “patos vicas”, con autoridades policiales. En suma cuando no hay un orden aparece el orden mismo que es la muerte misma con sus distintos escenarios: salas de terapia intensiva, accidentes fatales, discapacidades. Además no hay una liberación durante la noche , ya que las reglas humanas quedan suplantadas por discriminaciones, exclusiones de boliches , violencias que suplantan a las normas.
Por otra parte he citado en mis trabajos datos de distintos estudios los daños que quedan en los familiares de todos sucesos trágicos que suceden en la nocturnidad como tragedias, muertes, accidentes múltiples, etc. El estudio muestra que les pasa a los padres después de esto: el 90% no puede gozar de la vida, el 70 % no logra conducir más vehículos; aumentan en estas familias las separaciones y divorcios, etc. Vamos a continuar con este tema.
