CAMPOS DE EXTERMINIO DEFAULT HUMANISTICO
“…la droga ganó muchas batallas en mi vida, pero gané la guerra”.
Camila Perisse en el programa Tiene la Palabra relatando su experiencia superada del consumo de sustancias
Los campos de exterminio fueron y son una realidad en distintos lugares del mundo. Cara siniestra del confinamiento y la muerte. La pertenencia a un colectivo genérico y sin juicio previo bastaba para un encierro. Es el horror lo que me interesa y el correlato que es el exterminio del diferente. Desde las experiencias de los españoles en la guerra con Cuba (1868-78), la guerra filipina japonesa , la guerra en Sudafrica (1899-1902),l os campos nazis , los Gulags sovieticos durante el Stalinismo, las experiencias horrendas en nuestro país y en América Latina es que ahí aparece la cara siniestra del ser humano. En términos de Edgard Morin es que el “homo sapiens” deja lugar al “homo demens”. La demencia suplanta a la palabra, el reconocimiento , la escucha del Otro. El Poder muestra su cara diabólica y no su versión creativa y que lleva al progreso social y espiritual de la humanidad. Pero cada uno de nosotros puede crear su propio “campo de exterminio “. El gran maestro en psiquiatría H.Ey decía que la tarea del psiquiatra y del psicólogo era ser partero de la libertad . La enfermedad es haber perdido la libertad interior y solo había quedado la libertad de maniobra. Rescatar al sujeto de la alienación era que se alumbre en él la libertad cercenada por síntomas, delirios, compulsiones. Cuando nos cerca la melancolía o la paranoia (dos monstruos interiores que nos pueden liquidar) el mundo empieza a ser vivido como remordimiento patológico o persecución insoportable. De ahí al suicido o la violencia hay un paso. Surge así en nosotros la necesidad de castigo. Es lo que se denomina en términos analíticos el Super Yo término que en algún momento Freud definió como “voz, espectro ,demonio que impele desde el mandato feroz”. Es el predominio de lo insensato , de las prácticas autodestructivas, de lo sacrificial en donde nos inmolamos justo cuando vamos a triunfar o lograr algo que durante mucho tiempo habíamos soñado. En los tratamientos se da cuando aparecen extraños empeoramientos en momentos de franca mejoría. Es nuestro arsenal nuclear que implosiona en el centro de nuestra libertad cercenándola. “Es una guarnición militar que opera en una ciudad sitiada”; esta frase dicha por el maestro vienes es una alusión a nuestro propio campo de exterminio. Es un Amo atroz que nos empuja a nuestro holocausto. Nos transformamos as en nuestra obra postuma. Solo la làpida es el singular reconocimiento.
NO VOLVER AL GULAG
El consumidor de drogas cuando está en recuperación teme volver a su propio campo de exterminio. Fue generando su propia esclavitud y su propio Gulag en el mundo del consumo. Cercenado el cerebro superior (lóbulo frontal ) y sujeto al dominio de su cerebro límbico (sistema emocional ) progresivamente su libertad quedó constreñida al automatismo de la búsqueda del “dealer” o de los lugares de consumo . El lenguaje animal suplanta al humano. Quedò sujeto a señales o signos del mundo del consumo. En largas charlas con jóvenes en recuperación me relatan los signos que los abalanzan a consumir: ciertas esquinas, olores de droga , edificios donde hay sustancias, ciertas músicas, casinos ,fiestas electrónicas ,marchas o manifestaciones en canchas o circuitos políticos ,etc. Su sistema cerebral quedó hiper-estimulado hacia el consumo (sistema de recompensa y del placer y la motivación). Durante años fue cambiando su mente y sus parámetros biológicos cerebrales (químicos, eléctricos y anatómicos ) por el impacto cotidiano del consumo. Lleva años volver a que ese sistema recobre una cierta funcionalidad al servicio del sistema superior cerebral ( que nos separó en su momento de los simios y responsable de nuestra libertad) y que además quedó muy alterado por el consumo. Volver al mundo de las drogas es volver a su propio campo de exterminio en donde solo vivía para consumir y consumir. El sujeto libre se cayó y se transformó en automatismo. La figura del Amo Atroz o del Fuhrer es el propio sujeto que se va liquidando con la característica que observa su propia destrucción sin poder hacer nada. Un paciente me lo relata con su sabiduría poética :”…eres la muerte sin embargo me convences…me obligas a rendirme ..te gusta mostrar que me dominas ,me haces quedar mal para que estemos solos ; solo soy un esclavo más y me resigno a lo que es estar vivo”. Hoy hay miles y miles que viven en sus propios campos de exterminio y tambien muchos que luchan por no volver a entrar a ese lugar de consumo de sí y recuperar su libertad.