HIJOS DE NADIE III
“…cuando no es el hambre lo que nos mata es el aburrimiento o la desesperanza..” El Nomadismo
M.Maffesoli
El autor italiano Maffesoli, estudioso de los nuevos problemas juveniles, nos alerta sobre el aburrimiento y la desesperanza como nuevos temas epidémicos en el corazón estos hechos. Sonoridad del vacio en el aburrimiento que a veces busca como salida evasiva el frenesì adictivo. Desesperanza que se transformarà luego en desesperación. Este vacio en muchos casos es lo que se llama tècnicamente huida del hogar (¿pero hay hogar en muchos casos?) y tiene en la conducta nómade una via de escape. Vagar. Vagar. Es la elección de la vida errante. El exilio aparece cuando la casa deja de ser protectora. En realidad se asemeja a un confinamiento domiciliario en donde no parecen existir vínculos gratificantes y de reconocimientos mutuos. La “mesa nunca parece estar servida” y solo queda una heladera, a veces llena o a veces vacia, como testigo mudo de la “mudez” reinante. Las historias “mìnimas” de todos los días en los consultorios de atención de adolescentes tienen siempre al vacio, el aburrimiento y la desesperanza-desesperaciòn como elementos previos a una acción destructiva hacia sí o hacia otros.
LLAMADO TELEFONICO
Recuerdo hace pocos meses una de esas historias mìnimas (las llamo asì a pesar que creo esas son las verdaderas situaciones en donde se ve la hondura y la profundidad de la vida) me llamò la atención. Caminando por unas calles de Mèxico recibo un llamado en mi celular de la mamá de un joven que estaba preso. La comunidad terapéutica que represento pudo ayudar antes a otros dos hijos de ella. En el nomadismo de una crisis familiar seria cayeron en la “estación sin salida” de la droga ambos. De diferentes padres e hijos de la misma madre. Uno de ellos tenìa un padre consumidor que hizo bastante para que èl no se tratara. La madre posibilitò en alianza con la institución que su hijo adolescente superara sus conflictos y hoy anda por el mundo estudiando y trabajando o sea realizando su proyecto vital. El otro tenía un padre muerto en actividades delictivas y logró con la ayuda de su madre y de todo un equipo terapéutico vencer al “destino” de repetir la historia del padre ya que había empezado con problemas penales . Hoy es un pròspero empresario textil y puede sostener una pareja y encontrar en la via del amor una reparación. En èl fue muy importante el descubrimiento del mundo espiritual con creencias cristianas.
DRAMA O TRAGEDIA
En esta oportunidad era el tercer hijo que desde la cárcel solicitaba ayuda. La tìpica historia del delito juvenil , en este caso mucho màs acentuado ; ya que de los tres era el mas pertinaz en su conducta auto-destructiva y destructiva. Siempre me interesò la historia de esta madre y de estos hijos. El llamado era desesperado y era casi una sùplica. En realidad estaba tratando de “curar” su propia vida tratando ya al tercer hijo. Habia revivido cuando sus otros dos hijos se estaban recuperando. Ahora apostaba todo al que faltaba. Vida crìtica con mùltiples raptos eroto-maniacos y nunca pudiendo poner frenos a sus impulsos. El tratamiento de sus hijos era un modo de resolver su culpa de una manera sana. En las terapias hay reparación. En la soledad culpabilizadora hay auto-castigo y màs enfermedad (desde trastornos de ansiedad hasta múltiples enfermedades de gran gravedad). El sufrimiento de uno de los hijos es una situación limite para los padres. Si lo asumimos crecemos como personas y en nuestro rol parental. Ahì si que no podemos huir, tenemos que “entrar con los ojos abiertos” y buscar un grupo que nos ayude. No hay salida sin triangulación; asi entre el problema de uno de nuestros hijos, nosotros y un equipo mèdico se va a dar toda una dramática para que lo que sucede no se convierta en tragedia. Siempre decimos en nuestras columnas que toda vida es dramática y si asumimos la vida como drama estamos en mejores condiciones de prevenir la tragedia en donde ya alguien queda fuera de escena (muerto, alienado,etc). Dos hijos ya recuperados entraron en la escena de la vida y dejaron papeles marginales. Esto tambien la ayudò a ella a resolver sus conflictos, deudas y culpas. Falta el último miembro de ese clan familiar que tantas dificultades tuvo.
Todo esto me deja dos reflexiones que las quiero compartir. En la escena de la vida vale recordar a Epicteto (estoico griego) ;”los hombres somos actores de un drama breve o largo según lo quiera el Poeta”. La conducta estoica era vivir el drama sin anticipar la tragedia a través de nuestros problemas de conducta. La segunda reflexión es que las instituciones cuando tienen una estructura terapéutica con psicoterapias múltiples y apoyo a las familias ayudan a que el drama del vivir culmine en reparación y en donde el perdón supere a la culpabilizaciòn. Entonces volverá a resurgir la esperanza, de la cual nos hablaba Maffesoli al principio , savia nutricia de la vida.
DR. JUAN ALBERTO YARIA DIRECTOR DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES GRADIVA EN PATOLOGIAS ADICTIVAS Y DEL DESVALIMIENTO SOCIAL