“La familia elemental, basada en necesidades naturales ,vendría a ser el núcleo duro, el plato fuerte de cualquier organización social»

Levi Strauss – Historia de la familia

Valga esta invocación al científico  más importante (un verdadero Padre) en los últimos años de la sociología de la vida familiar y de las leyes que por ahí surgen para que el hombre sea hombre o sea libre; para reflexionar sobre crisis de estos ordenamientos sociales básicos como se dan en estos núcleos duros como los llama el maestro. Existe en la Argentina un debilitamiento de las familias como organizaciones sociales y de la vida familiar. El concepto de vida familiar es fundamental; piedras  basales como la mesa familiar son  promotores del  sentido de pertenencia y de la noción de  que existe un lugar en el mundo. Tambien se resiente la vida escolar (los informes Pisa de rendimiento académico en  las escuelas de America  nos ubican en los últimos lugares  desde hace diez años ) ya que el 50% de los rendimientos escolares se deben al apoyo o no de las familias en las actividades de los chicos. Hay, aquí tambien, una crisis de los apoyos familiares.

La crisis social del 2001 llevó a una implosión de numerosas familias, especialmente de clase media.   Sideró, de alguna manera,  la figura paterna como eje de apoyos económicos, afectivos y éticos. La huida del padre es evidente en muchos hogares, ya que éste solo funcionó como un dador biológico de semen en relaciones furtivas. Luego desapareció, incluso sin dar el nombre. Así aumentan las familias mono-parentales. Aumentó, por otra parte, la gente que no se casa. Surge  un conjunto de fenómenos concatenados como la fractura y disociación familiar con deserción de figuras centrales en la educación infantil; al lado de esto surge el alargamiento de la vida adolescente como hecho  ligado en parte a una crisis del empleo juvenil pero también a una dificultad a la autonomía frente a un mundo cada vez más incierto. Los hijos no se van de la casa, aún viviendo en la calle o de la calle vuelven a ese lugar aunque sea inhóspita y frio. Esto se acompaña de un a abandono de los viejos que es típico de estructuras familiares disueltas . El viejo “amparo y sabiduría” de los más jóvenes empieza a transformarse en un” descarte” apto para geriátricos o umbrales de iglesias. Estos fenómenos todos ellos unidos; disociación y fractura familiar con alargamiento de la adolescencia con dificultades en el empleo juvenil  y abandono de los viejos; van generando un verdadero conflicto social en donde las drogas y el consumo juvenil y también el consumo , porque no ,de los adultos son uno de  los tantos epifenómenos que se van suscitando cada vez a mayor velocidad. Por eso en estas columnas hablamos siempre de una epidemia en el consumo de drogas y alcohol. Tambien todo esto se transforma en una crisis del sistema de seguridad social y de las obras sociales. Surgen nuevos discapacitados por las crisis de las familias en su función contención y auxilio.

EL HIJO COMO EJE DE LA CULTURA

Levi Strauss,  a quien definimos como un verdadero  Padre en la descripción de los ordenamientos simbólicos parentales , nos menciona que para la escuela de Radcliffe-Brown la relación progenitor – hijo ocupa un primer lugar en la vida básica de las sociedades. Así para él la filiación es esencial. Unas tras otras otras las sucesivas filiaciones forman el árbol de la descendencia y por ende de nuestros fundamentos. La continuidad temporal de las familias es clave. Así se va formando el tejido social. A su vez las familias van surgiendo de una trama de leyes y prohibiciones que hacen que un hijo, por ejemplo no pueda casarse con su hermana, y asi cada grupo se separa y busca otras familias para formar una sociedad. Filiación (donde se forma la personalidad moral dirá Levy –Strauss) y leyes de prohibición del incesto serán la base del  ordenamiento de la vida social. Sin familias no habría sociedad dice Levy-Strauss ; pero tampoco habría familias si no existiera la sociedad.  Alli, donde “la familia conyugal  en su forma está alterada nos encontramos ante sociedades donde la evolución pòlitica , social y económica o religiosa han seguido una trayectoria peculiar”. Estamos viendo lo que nos está ocurriendo como conjunto social.

PADRE QUE HUYE

En el consumo de drogas en mucha familias parece hacerse cierto; ante la deserción del Padre en su rol,  el papel siempre presente de la madre  como nos relata el viejo cuento judío ”la divinidad no podía estar en todos lados por eso creó madres“. La familia mono-parental actual es clave para mantener la humanización de los niños. La no ausencia de la madre es una garantía, de alguna manera, del sistema social. La variedad de anécdotas clínicas sobre el rol del padre abarcan desde:

1. el Padre que huye ante la dimensión incierta de su papel  parental y que al salir de la sala de partos el médico con la noticia del nacimiento de su hijo se droga y vuelve a un lugar infantil de goce solitario; 2. El Padre que solo asiste en lo económico pero que no puede ejercer la función de donación de sentidos y afectos  tan necesario en la constitución de modelos  del niño; 3. El padre consumidor  en donde la droga es su centro y el hijo pasa a ser un “nadie”; 4.. el padre nominal: desaparecido y desconocido aún viviendo a 3 o 4 cuadras de su casa; 5. El padre que es solo Ley y que con su “mirada” hace temer pero que no puede encarnar el amor en los vínculos de filiación ; 6. El Padre filicida (odia al hijo ) y que en el abandono genera ese pacto criminoso típica de las sagas griegas.; etc , etc.

Mientras se discuten leyes de drogas  en nuestro país quizás habría que ayudar a las familias a que no aumente el consumo. La sociedad necesita auxiliar. Legalizar o no, como en Uruguay, es desconocer el fenómeno social que está detrás. El hijo o el padre que se drogan demandan auxilio. Prevención masiva y asistencia .Debemos, quizás, recuperar en la vida comunitaria el sentido de la libertad como servicio al Otro y no como goce auto-erótico (eso es el drogarse). Recordemos a Nietzche “..no te pregunto de que eres libre …sino para qué eres libre”.

Dr. Juan Alberto Yaría
Director del Instituto de Estudios Superiores Gradiva en Adicciones y Patologías del Desvalimiento Social