“…el niño es el padre del hombre o lo que le suceda a él nos sucederá a todos”.
T.Benedeck
Los narcos tienen planificados los distintos territorios para la venta y la distribución de drogas. Ahí la entrada de los jóvenes en el primer consumo es clave para asegurar un futuro cliente. Además la población juvenil permite un contagio por imitación dada la fuerza de los grupos de pares en la consolidación de pautas para cualquier consumo. Hoy la drogadependencia es considerada como una enfermedad del desarrollo. Entre los 14 y los 20 años se da el mayor contacto con las drogas. El inicio se da en momentos de máxima vulnerabilidad cerebral y de la identidad psicológica. La captura del sistema de placer, las motivaciones y los deseos ahí están casi asegurados y por otra parte cuando los sistemas de control superiores del cerebro aún están inmaduros. Ahí ya la vorágine pulsional queda vigorizada por el uso de drogas y alcohol pero ya sin frenos inhibitorios de los sistemas cerebrales más evolucionados. El cerebro termina de madurar a los 25 años aproximadamente.
El tiempo, la paciencia, la educación, la orientación de los adultos, los amigos y pares en edad , etc. ; parecen ser los verdaderos antídotos a la crisis de este “segundo nacimiento “ , como muchos llamaron a esta etapa de la vida. Pero nunca las drogas y el alcohol así como el tabaquismo pueden ser salida a esta crisis .A la vez, mientras tanto, los datos sociales nos indican un aumento de alrededor de un 62 % en alumnos secundarios del consumo de drogas (1999 -2009). Pasamos del 9% al 15 % la cantidad de adolescentes que reconocen usar estupefacientes. El 77% de la totalidad de los estudiantes encuestados reconocen consumir alcohol. El 88% de los alumnos que usan sustancias reconocen hacerlo en forma grupal con otros compañeros o amigos del barrio (Instituto Superior de Ciencias de la Salud-Bs.As.). Por supuesto estos datos son más críticos en los que no tienen estudios secundarios.
Es una realidad que el consumo de drogas se potencia y avanza en la adolescencia. Se ha “naturalizado” este consumo y precisamente, también por esto, hoy se considera a la adicción como una enfermedad del desarrollo. Ahí en esta etapa clave de la vida el cerebro tiene un cambio fundamental .Fenecen viejas estructuras nerviosas infantiles y se estructura el crecimiento definitivo del sistema nervioso. Época de extrema vulnerabilidad por este fenómeno biológico preciso y por la estructura identificatoria juvenil en donde estos necesitan estructurar una identidad que les permita enfrentar la tarea de diferenciarse sexualmente, separarse de los padres y establecer un proyecto de vida en donde el estudio y/o el trabajo sean nortes de una vida.
AMBIENTE Y CEREBRO
El ambiente que rodea a los adolescentes es muy estimulante en relación al consumo de drogas y alcohol. Boliches, esquinas, gran tolerancia social al consumo de todo tipo de sustancias, etc, forman parte de este” cocktail” en un momento de gran vulnerabilidad. Precisamente en este momento crítico del desarrollo una de las áreas claves en el desarrollo como es la llamada corteza prefrontal está, precisamente, madurando. Esta es central en la toma de decisiones, la evaluación de situaciones y en el mantenimiento de nuestras emociones y deseos bajo control; así el cerebro en esta etapa es una “obra” sin completar aumentando entonces el riesgo de tomar malas decisiones y de conductas impulsivas cuando recibe la inundación de distintas sustancias. Se activan áreas del sistema nervioso más ligadas a reacciones automáticas y sin sustento de postergación. La descarga y la recompensa inmediata no tienen el límite de otras estructuras biológicas. El freno y el alerta ante los peligros se hallan suspendidos y máxime en momentos de un gran erotismo por el crecimiento hormonal-sexual. Se ha estudiado que el impulso sexual y la erección de los adolescentes de alrededor de 15 años de edad tienen la mayor potencia de toda la historia evolutiva futura.
Las drogas y el alcohol activan las zonas de placer (sistema de recompensa) y de motivación. Por eso el consumo de drogas va acompañado de un descenso del rendimiento académico y de un retardo del crecimiento afectivo e intelectual de los adolescentes. Entre los repetidores y/o los que abandonan la escuela hay muchos que consumen drogas y alcohol.
CAPTURA DEL SISTEMA DEL PLACER
Aunque el consumo de drogas a cualquier edad puede llevar a la adicción las investigaciones muestran que cuanto más temprano se comienza a consumir drogas, mayor es la probabilidad de progresar al abuso más serio. Acá, como vimos, la vulnerabilidad es mayor. Además el fumar una droga o inyectarla en una vena aumenta su potencial adictivo. Las drogas que se fuman o se inyectan penetran al cerebro en segundos, produciendo una sensación inicial intensa de placer. Este “high” o euforia intensa puede desaparecer en minutos, llevando al abusador a niveles más bajos, más normales .Esto es un elemento que “tienta” al adolescente a repetir el placer intenso que ya está grabado de una manera permanente en la llamada “memoria del placer”. Este resto mnémico opera como una verdadera tracción para el futuro adicto movilizando impulsos y actos para conseguir la droga. Así se interrumpe la función cerebral en áreas críticas de la motivación, la memoria, el aprendizaje y el control del comportamiento.
Progresivamente se va interrumpiendo la comunicación cerebral porque precisamente el cerebro es un gran centro de comunicaciones entre las más de 100 mil millones de neuronas que forman el capital más precioso de la sabiduría humana. Comunicación de neurona a neurona a través de impulsos eléctricos y también a través de mensajeros químicos como los neurotransmisores .El neurotransmisor se adhiere a un sitio especializado en la célula llamado receptor que recibe el mensaje. Es un sistema que se denomina “una llave (neurotransmisor) y un candado (el receptor)”. Impulsos eléctricos y mediaciones químicas son la base de la comunicación. Todo esto va a quedar alterado por el consumo. Envío, recepción y procesamiento de la información sufren todos los días las invasiones químicas.
CONSECUENCIAS
Todas las drogas, de ahí su vigencia e imperatividad en algunas personas, atacan al sistema de recompensa también llamado sistema de gratificación inundando todo el circuito nervioso con un neurotransmisor llamado dopamina; esto produce euforia y un señuelo para repetir el consumo. Las drogas pueden liberar de dos a diez veces más dopamina que la liberada por las recompensas naturales (comer, sexo, deporte).
Lo que comienza en la adolescencia puede tener efectos de largo alcance: enfermedades cardiovasculares, ataques cerebro vasculares, mayor predisposición al cáncer, VIH, Hepatitis B y C, enfermedades pulmonares, hiperobesidad y trastornos mentales.
DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES- GRADIVA- EN ADICCIONES Y PATOLOGIAS DEL DESVALIMIENTO SOCIAL