“..el drama de muchos niños son sus cuidadores”
DESCARTES
Volvieron los apagones. Fogatas a la noche. Vuelven las cacerolas. Desamparo masivo unida a un grito de violencia sin ningún destinatario ubicable. Teléfonos que no contestan. Quizás porque no hay respuestas… ya. Máxime en una sociedad que ha hecho del ya… un estilo de vida .La realidad nos muestra mientras tanto que es el trabajo…el mantenimiento… y la gestión cotidiana lo fundamental. Trabajo vs. Magia. Tiempo. Perseverancia .Ya…. o futuro.
Creo que hay otros apagones .La educación social no solo la escolar tiene apagones. La desfamiliarización es uno de ellos. Los que trabajamos en terapia de adolescentes profundamente perturbados por las drogas observamos datos inquietantes en lo referente a la contención familiar.
La sociedad Argentina asiste a una creciente desfamiliarización. Esto es mucho más evidente en los grandes centros urbanos. El fenómeno genera consecuencias en el campo educativo y en el desarrollo autónomo de los seres humanos, o sea hay una pérdida de la libertad y/ o un miedo a la libertad que en muchos casos se enmascara en conductas desafiantes o hiperactivas como mera libertad de maniobra. El campo de las patologías sociales y del aprendizaje están ligadas también a estos fenómenos de desfamiliarización.
El problema se agrava en todas las esferas cuando el niño ha crecido sin la tutela y la orientación del padre biológico. Este fenómeno es casi masivo en todo el mundo y responde a factores culturales que se han instalado en la postmodernidad: crisis de los vínculos entre los sexos que se “degradan” rápidamente y la noción, parecería, “triunfante” de que el padre es “superfluo”.
Hoy se sabe que los chicos que crecieron sin padre tienen mayor riesgo de interrumpir los estudios secundarios, de permanecer sin estudiar ni trabajar durante largos períodos de tiempo, en las adolescentes sube la prevalencia de embarazo precoz; así como en ambos sexos hay una mayor vulnerabilidad a presiones negativas de pares como de conflictos con la ley.
La desescolarización, los trastornos de conducta infanto- juvenil y las escaladas de violencia abrevan en mayor medida en situaciones familiares en donde el padre ha estado ausente desde temprana edad es desconocido, falta por una enfermedad mental, alcoholismo, drogadependencia o sencillamente porque no convivió con él. En todos estos casos la ausencia no fue seguida de una compañía educativa aunque sea episódica.
La ausencia de padre biológico es considerada hoy además como un factor potenciador de la pobreza. Habitualmente se menciona a la pobreza extrema como una de las fuentes de la disolución de los lazos familiares, lo cual es cierto, pero al mismo tiempo no se menciona a la falta de padre como un factor que impide la apertura a las redes sociales productivas y de socialización.
Tendencias psico-sociales a la desfamiliarización
Según datos del Indec tomando como base la Capital Federal se observan las siguientes tendencias 1960 hasta la actualidad disminuyó el número de casamientos alrededor de un 50 %, aumentó el 800% las uniones de hecho, el 600% de divorcios y separaciones .
Entre 1980 y 1998 los hijos nacidos dentro del matrimonio pasaron del 79% al 56%; mientras que los hijos nacidos fuera del vinculo matrimonial fueron en los 80 el 20% y en 1998 el 44%. En 1980 uno de cada cinco chicos nacía fuera del vínculo matrimonial , mientras que en 1998 casi uno de cada dos.
Han aumentado notablemente los hogares uni-parentales, especialmente mujer sola a cargo de hijos que en muchos casos no reciben soporte afectivo y económico de sus padres.
Todo esto indudablemente trae consecuencias ya que este cambio social súbito genera fracturas indudables en la educación , socialización y transmisión de valores en la infancia y la adolescencia.
El lugar del padre y la salud infantil
Los finales del siglo XX mostraron un desplazamiento hacia la periferia de la familia de la figura del padre. Un feminismo, creemos mal entendido, mocionó al padre como un personaje superfluo considerándolo sólo como un “proveedor” de semen alejado de toda función simbólica.
El aumento de la tasa de nacimientos de madre soltera, mostró las consecuencias sociales años después, en este caso la Organización Mundial de la Salud mostró que la correspondencia estadística entre tasa de nacimientos de madre soltera y crímenes violentos es del 0,825% superando enormemente la correspondencia y con menores violentos.
El aumento de las conductas antisociales ante la ausencia del padre biológico es una realidad social que tiene una base en lo que significa un desarrollo sano: “el padre crea un entorno familiar percibido por el chico como indestructible en términos de sus impulsos agresivos” , decía D. Winnicott en su libro “Deprivación y Delincuencia”. El padre como figura real y presente en la cotidianeidad de la vida familiar asegura que se desarrollen funciones claves en la maduración: acceso a un mundo simbólico que esté mas allá de la descarga tensional inmediata, la apertura hacia el «afuera»“de la familia y que el niño no qude encerrado en vínculos infantiles, la identificación sexual; es además un organizador de las jerarquías intergeneracionales.
Paso a la cultura, entrada en el mundo, asunción del sexo psicológicamente ya marcado biológicamente y por último marcador de espacios entre generaciones.
En suma, es un garante del crecimiento. En su entrega y sacrificios diarios permite el nacimiento hacia la adultez y la libertad de un niño.
Efectos Educativos de la Ausencia de Padre y la Desfamiliarización
La clínica de jóvenes y adolescentes nos muestra distintos fenómenos de trastornos del desarrollo y el aprendizaje:
- Déficit atencional desde leve hasta cuadros de hiperkinesia que impiden el aprendizaje
- Bajo control del los impulsos que obstaculiza la disciplina diaria hasta llegar a situaciones de violencia
- Trastornos de conducta en la pubertad que pueden culminar de no ser contenidos en trastornos antisociales (fugas, violencias, robos, hurtos, uso de drogas y alcohol).
- Entrada precoz en el consumo de sustancias (tabaco, alcohol, drogas)
- Riesgo alto de permanecer sin estudiar y /o trabajar por períodos prolongados
- Mayores posibilidades de embarazo precoz
- Pertenencia a tribus urbanas, patotas, “barras bravas” por desintegración de las reglas de convivencia en la adolescencia y el debilitamiento progresivo que tuvo de sus vínculos sociales. La ausencia de padre en la adolescencia – momento crítico- es en muchos casos insalvable.
Prevención desde la Escuela
La prevención de estos fenómenos “entrópicos” (decadentes) de
la vida social demanda:
A) Una enérgica acción de capacitación de agentes educativos y de la escuela y la comunidad educativa en relación a contener esta matrícula de riesgo
B) Una atención personalizada ya que es un nuevo tipo de discapacidad afectiva, distinta a las anteriormente conocidas
C) Potenciar las redes familiares y sociales sanas y “cariñosas” que el niño posee (algún tío, algún abuelo, etc.) que colabore con el adulto que lo está educando cotidianamente.
D) Potenciar la inscripción social del niño en instituciones educativas: en la propia escuela, en el barrio, la parroquia, el club, etc; o sea habilitarlo en una vida cultural
E) Prestar atención a los signos de depresión, trastornos de conducta, exaltación de ánimo, etc; y derivarlo a los Centros de Asistencia y Orientación.
F) Apoyar enormemente al adulto que lo cuida y educa
Dr. Juan Alberto Yaría
Director del Instituto de ESTUDIOS SUPERIORES GRADIVA EN ADICCIONES Y PATOLOGIAS DEL DESVALIMENTO SOCIAL