¿ ..por que a mí … ?
El misterio del dolor. A. Grun
Estamos trabajando con un grupo grande de pacientes y sus familiares y redes cercanas la temática del sufrimiento. Lo hacemos en seminarios y eventos de una organización que se denomina S.O.S padres. Surge ante el dolor de un hijo, un familiar o de varios que están en contacto dependiente y con severos daños personales como consecuencia de años de consumo.
Hay tres actores en un tratamiento que son atravesados por el sufrimiento: el paciente, las familias con años de incertidumbre y de stress y nosotros, los terapeutas, cuando no podemos llegar a comprender el malestar o cuando sentimos que el esfuerzo luego de logros queda frustrado por la tenacidad de la enfermedad o sea de la auto-destrucción. Es el imperio aquí de las recaídas o en muchos casos del abandono con fugas que culminan en la voracidad siniestra de las villas en los márgenes del anonimato en donde los “nadies “de la droga se agrupan.
EL PACIENTE
El paciente sufre enormemente en la vida adictiva. La adicción no debe ser publicitada como la enfermedad por la búsqueda del placer. Este es solo un aspecto. En realidad es un encuentro con el sufrimiento. Sufre cuando va a buscar la droga y teme no encontrarla inmerso en la voracidad de la abstinencia; cuando la consume y teme que se le acabe y por fin cuando ya no la tiene. Sufre porque necesita esconderse con el miedo a ser descubierto ya que por mucho tiempo necesita sostener su “doble vida” ante la mirada de los otros; padres, empleadores, etc.Sufre cuando su aspecto, deterioro físico y condiciones cognitivas e intelectuales lo desvinculan del resto de su edad o de sus amigos de su infancia que tienen otros rendimientos y logros. Va quedando atrás en el ciclo de la vida. Progresivamente se va escondiendo y entra en los túneles del deterioro. Para cambiar y reconectarse con la vida necesita transitar el duelo por las sustancias y por el estilo de vida auto-destructivo. Sí, aunque parezca raro, es realmente un duelo porque las drogas han tomado el papel central; más fuerte que sus padres, sus hijos, el trabajo, etc. El sufrimiento, en un primer momento, del tratamiento y del abandono de drogas que generan dependencia parece ser el peaje necesario para reconectarse con su misión en la vida. Luego empieza el camino de la renuncia a las sustancias con la necesidad constante de la aceptación de su enfermedad.
LOS FAMILIARES
En los padres y familiares el sufrimiento ha sido crónico. En mí suenan recuerdos de historias de padres que se enfrentan con grupos marginales para rescatar a su hijo o que entran en villas en condiciones de suma indefensión pero con el coraje del amor. También otros que desde los tugurios de la ciudad al observar a un padre desesperado en la búsqueda de su hijo escuchan que alguien dice:” ojalá tuviera un padre como Ud.”. Los familiares llegan vencidos. Algunos incluso traen el drama de varios hijos en contacto con sustancias. Otros han perdido un hijo que se suicidó en carrera adictiva y tratan de rescatar al otro.
Culpas y reproches se suceden por doquier. Autoinculpaciones también. El primer momento es escucharlos. Lograr mostrarles que necesitamos crear un dialogo para que él se pueda desprender de algo que lo destruye. ¿Qué hice yo para merecer esto¿ surge continuamente pero no nos sirve . También aquí necesitamos hacer un duelo. Están también los “padres huérfanos “que ya han perdido un hijo por el consumo y que tienen a otro en carrera. Estar al lado es nuestra tarea. Ser soporte, consuelo (con-suelo) sin peroratas. La firmeza del con-suelo se percibe como verdadero sostén del dolor y que parece ser lo que realmente contiene. Después todos necesitarán transitar el duelo.
Por último nosotros, los terapeutas. El paciente es un desafío para mejorar nuestra calidad de vida. Cada paciente es una enseñanza. Para sostener y estar al lado del que sufre necesitamos estar sólidos interiormente y socialmente. La alta motivación y la oferta de vida que es lo que parece necesitar el paciente y la familia de nosotros. Esto necesita estimular nuestro desarrollo personal y la comprensión del otro en sus múltiples diversidades.
Dr. Juan Alberto Yaria
DIRECTOR DEL INSTITUTO –GRADIVA-EN ADICCIONES Y PATOLOGIAS DEL DESVALIMIENTO SOCIAL