“ ..Esta intenta ser  la crónica de un “caminante” por barrios críticos del Gran Bs. As. y Capital” (jayaria)

Parecería haber una epidemia de niños solos. Padres que trabajan…padres, en otros casos, inexistentes. Familias disgregadas… madres solas que luchan en condiciones críticas para sostener una familia numerosa. La calle parece ser el refugio en donde esta falta de contención se nuclea. Son varios o muchos por manzana. Ahí se juntan…ya no hay escuela…oficio ninguno. La experiencia laboral está lejos…la educativa también.

Droga y alcohol desde los 11 años. La familia llega a ser , en estos casos multiproblemática o sea varios miembros tienen problemas desde psiquiátricos hasta penales que los invalidan. También puede ser una familia tóxica o sea varios con destino de consumo. Algunos tienen familia desintegrada.  Otros familia solo nominal…están pero solo la heladera llena o vacía es el vinculo…no hay roles o funciones a cumplir.

El abandono  es el eje central de sus vidas. Me especializo en ayudarlos .Me encanta luchar palmo a palmo en la tarea de reconquistar la vida en ellos. El paco, el alcohol, el tabaco es una frontera  que los llama con la fuerza de un placer etéreo pero subyugante  al fin y que los atrapa.  La experiencia de las drogas se acompaña de la posesión de armas como experiencia común y central en sus vidas.

La muerte es la convidada diaria de las vivencias de estos niños – púberes. Lucha entre “transas”, refriegas, muertes por equivocación, peleas con vecinos por robos hechos en esquinas…nada sigue tras la muerte solo  el olvido de lo que se sucede con lo frenético  de uno tras otro en esa manzana o en otras. El olvido  acompaña estas vidas en donde la frialdad es la cara que se puede mostrar de una existencia herida por traumas y abusos de todo tipo.

Ayudarlos es conseguir que alguien del grupo familiar…el menos herido por las drogas y el mas esperanzado por una vida distinta y diferente logre posicionarse con firmeza en un rol de ayuda y de complementación con el equipo tratante. Nunca tuvo eso. Alguien que se juegue por él  y que sea un partero de su libertad.

La experiencia de envejecer

Son niños viejos precozmente. No han tenido infancia. Experiencia de juego…ni hablar. Todo parece haberse ejercido en soledad. La escuela es abandonada precozmente y en la calle se “curte” un niño  precozmente adulto que duerme mal y come peor . Sedentario.  El alcohol es una bebida común, así como las impactantes bebidas colas  y/o las estimulantes. El tabaco y la cafeína también. Todo esto es acompañado por drogas,. No hay clubs en sus trayectorias cotidianas  . La Iglesia del barrio es poco visitada y no tiene vigencia  como eje emocional y espiritual en sus vidas. Asi se va generando el llamado por los médicos el síndrome higienico-dietetico –tóxico. Un adolescente, pensemos, necesita una actividad física de casi 40 kms. semanales para el desarrollo de su aparato musculo esquelético y la oxigenación cerebral. Estas son pautas de desarrollo que aquí no existen. El cerebro se alimenta con comidas “chatarra” y funciona mal e incluso con la alteración continua de los ciclos biológicos del dia –noche. Nos convertimos en murciélagos o lechuzas en donde dormimos de dia y vivimos de noche . Vivir que es vagar…de un lado para el otro.

El cerebro necesita oxigeno, alimentación sana  e información (el nutriente de la cultura) para un neurodesarrollo  sano. Nada de esto existe. Así van envejeciendo .Cognitivamente tienen poca atención y así sufre el aprendizaje  porque si no podemos “focalizar en algo” nuestras vidas no aprendemos. Somos fugitivos hiperkinéticos que vamos de un lado a otro sin poder nutrirnos de los distintos  maestros que la vida nos propone. Va perdiendo memoria .Como los seniles la droga deja marcas y entonces nuestro joven  no recuerda lo que pasó hace dos minutos. Un chico de 14 años me decía: “ …sabe que no me acuerdo lo que me dijo hace tres minutos “. Experiencia de la nada. La incertidumbre. La desorientación. La confusión de un mundo sin anclajes. Somos memoria… garantía de nuestra identidad  y del ser que somos. La memoria de corto plazo queda herida y también la memoria de trabajo que es la unión del  lenguaje, con la memoria más antigua para una acción concreta.

Jubilados precoces

Todos amamos la vida y nuestro ejercicio cotidiano es la producción de antioxidantes para retardar o enlentecer el envejecimiento. Alimentación, vida ordenada, caminatas, aerobismo, sueño, lectura. Luchamos para que los elementos oxidantes de nuestro organismo no triunfen. En ellos hay un “fanatismo”, desde la falta de información y contención afectiva , por lo oxidante o sea adelantar el deterioro. Son viejos desde muy jóvenes. Por eso en nuestros consultorios vemos diabéticos, síndromes metabólicos, daños cardiacos, obesidades,  etc. que aparecen habitualmente después de los 40 o 50 años.

Envejecen también por las oportunidades que van perdiendo. La vida de estos chicos queda dividida entre los que logran “zafar” y pueden establecer una vida digna sin drogas, con escuela, oficios, etc y los que van desapareciendo porque mueren, caen presos o quedan discapacitados. Es un mundo dividido. Así si no siguen la vida de los compañeros que ya no están porque han crecido como personas  y se van quedando con los que “hacen  huevo” en la esquina planeando no se sabe que mientras el tiempo de la vida pasa y ellos quedan a un costado. Son, ya, “jubilados precoces”.

Ocuparse de ellos es comenzar una tarea que quizás nunca empezó ; la experiencia de la educación .

DR. JUAN A.YARIA

DIRECTOR DEL INSTITUTO-GRADIVA-EN ADICCIONES Y PATOLOGIAS DEL DESVALIMIENTO SOCIAL