“…pensaba que la planta de marihuana era Dios que estaba ahí “(reflexiones de un paciente)
Hoy muchos aspectos de la vida social son descriptos desde la llamada cultura del vacío. Vacío de contenidos, exceso de la imagen y del marketing en detrimento de la palabra oída, escuchada y del relato asociado a las vivencias que surgen del acompañamiento humano más profundo .Crisis del amor, “orgasmo” de los impactos imaginarios. Tiempo de la química en detrimento del lenguaje. Paradójicamente sin palabras oídas y pronunciadas con ternura no se expanden las capacidades humanas. El cerebro necesita palabras, cultura y apegos fundantes para crecer.
Cuando el cerebro entra en inactividad tanto en la niñez, en la vejez y en general en toda edad humana se desgasta. Hay un proceso de “desgaste” cerebral cuando no fluye el lenguaje. Es el drama de los niños o viejos solos en donde el rechazo deteriora la propia sustancia nerviosa. Lo orgánico cerebral espera… esperanzadamente a la palabra para desplegar sus potencialidades.
Los animalitos criados en la oscuridad muy pronto pierden toda posibilidad de desarrollo de conexiones entre neuronas .No hay sistema nervioso sin un medio exterior enriquecido por el amor.
Surge así el vacío de ser. La química en esta sociedad pre-simbólica acompaña a estos déficits. En los adolescentes esto es letal.
Registros de lo humano
Hay tres registros en lo humano: a. El neurobiológico que es un entramado de miles de millones de neuronas responsables de nuestra humanización y señal de superación de nuestros anteriores humanoides; b. el registro de la subjetividad en donde despliego mi mismidad y la posibilidad de tener intimidad con libertad para no ser objeto de otros y c. el registro familiar y social barrial y cultural en donde desde la proximidad de los vínculos se generan lazos de vida.
En la cultura del vacío los tres y con la droga y los narcos dominando barrios todo se altera. En el registro neuro-biológico aparece el cerebro automático en detrimento de las áreas más evolucionadas del sistema nervioso .Lo humanoide reemplaza a lo humano. Por el lado de la subjetividad somos ya objeto manipulable de los otros con el narco y el “dealer” como directores de nuestras vidas y el entramado cultural que arrasado por las cadenas de venta. Ya la escuela desaparece, el estudio es imposible con sistemas psíquicos alienados por las sustancias desde pequeña edad.
Ejemplos de la vida
Me atormentan los ejemplos de mis pacientes, muchos de ellos que no superan los 20 años. Son quizás ejemplos que pongo a consideración porque, seguramente, hay muchos que viven en estos mundos oscuros y al mismo tiempo donde ellos van girando en un vacío sin fin.
1. Jorge me dice…”el barrio cambio…es un pulpo esto”. Salir a la calle en los lindes de Rosario es entrar en contacto con vendedores. En la escuela se fuma o toma alcohol. Disolución del desarrollo adolescente y de los registros culturales. Todos parecen impotentes para establecer límites o sea la cara de la Ley (padres, maestros, autoridades). Mientras avanza la enfermedad en sus 15 años comienza a trabajar en un “bunker” de drogas (espacio de 1×1 oscuro en donde los consumidores van a comprar). El pago es con droga. Lo humanoide ya reina. Lo conozco luego de una titánica tarea de los padres para lograr el apoyo de jueces para rescatar a este niño-joven para la libertad. Que quedó de él? Daños cerebrales con una conducta típica de un simio violento y hostil. Poco a poco se va humanizando y encuentro que la madre lo atempera cuando en la visita lo acaricia en la nuca mientras devora una docena de medialunas. Me di cuenta que para establecer una relación ese vínculo oral-alimenticio era fundamental y , al mismo tiempo, con expresión de ternura. Todas las mañanas lo recibo en mi consultorio y desayuno con él con dos medialunas como vinculo y así empezamos a zurcir historias y sentidos que empezaron a llenar su vacío de ser. Un año y medio de socialización en la comunidad terapéutica fueron su rescate y por supuesto sin consumir ninguna droga con una psicoterapia intensiva.
2. Oscar me cuenta sus desventuras de la cual no puede salir .Un hermano internado en una comunidad terapéutica le están sirviendo para ganar su libertad interior y el dominio de sí. Oscar mientras tanto me relata su desposesión subjetiva: mi tío es narco y vendía en mi casa, mi mamá “hacia la vista gorda”, mi papá es consumidor, el tío de mi novia es traficante. Circuitos de daño social y de disolución de todas las categorías de Ley y de desarrollo posible. El orden socio-familiar está disuelto. Acá llegamos tarde. Con el hermano no. Pende de un carnet de Obra social que todavía tiene. Es su margen de respeto a la dignidad humana que se merece.
La cultura del vacío parece dejar en el camino a miles y miles de jóvenes y adultos enmarcados en la sociedad del impacto imaginario y del declive de la palabra y los sentidos éticos. Esto con drogas parece ser letal.
Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA-Rehabilitación en Adicciones.