“…hay sujetos que son artífices de su propia desgracia “.René Laforgue –Neurosis de fracaso—–1920.

Juan necesita drogarse, está en la fase compulsiva de su enfermedad en donde imperativamente busca consumir. Vive en función de la droga e incluso conoce a una mujer “dealer” y le ofrece su casa para vender con lo cual en dos movimientos paralelos (sexo y consumo) consigue la provisión permanente de sustancias. No mide riesgos, toma decisiones equivocadas y al mismo tiempo se siente culpable por esto porque sus familiares presencian todo y se transforman en espectadores cómplices del espectáculo del consumo con delito. Tiene que viajar a un país del Norte por razones de trabajo y lleva escondida entre sus pertenencias sustancias para poder soportar el viaje con drogas. Teme quedar preso en el paso aduanero…pero igual lo hace. No mide riesgos otra vez ni consecuencias .Supera la barrera del otro país pero al poco tiempo cae preso en Buenos Aires por venta de estupefacientes con su pareja. Siempre pensé que buscaba un límite y un auto-castigo. Hoy anda muy bien por el mundo. No era un delincuente. Era un adicto tan comprometido que tuvo una “ceguera” valorativa que es típica de la hipo-frontalización o sea de la suspensión de las funciones superiores de juicio por la dependencia a sustancias. Lo conocí en un juicio en donde sus abogados me pidieron que se internara en Gradiva para su recuperación estando ya en un presidio y desde ahí siguió un largo proceso terapéutico avalado por la Justicia. Se rehabilitó.

Me sorprende la búsqueda del dolor y la necesidad de autocastigo de muchos pacientes. Ahí se juntan dos fenómenos interconectados ; uno desde el lado de la neurociencia y la neuropsicología que estudia como las drogas al alterar la función frontal que representa la organización más evolucionada del sistema nervioso central y por ende el pensamiento y la libertad en su modo más excelso que es la capacidad para decidir y optar adecuadamente y por otra parte la búsqueda del fracaso continuo y permanente en el destino vital ; afirmaciones éstas que vienen desde el territorio del psicoanálisis a través de los estudios de la psiquiatría y de Freud sobre el masoquismo.

Se unen desde mi punto de vista estos dos hechos; uno proveniente del deterioro del sistema nervioso en sus funciones más propiamente humanas y que tienen que ver con el libre albedrio y la libertad como capacidad para optar por lo mejor y más sano para la vida y la otra que abreva en el territorio de las culpabilidades más fuertes y que llevan a la caída que incluso puede llevar al suicidio.

Las 4 “C” de las drogas

Como Juan hay muchos. Los viejos estudiosos de la adicción a la cocaína dicen que ésta tiene para aquel que queda seducido por ella cuatro destinos que se denominan las cuatro “c”: cárcel, cementerio, clínicas (no precisamente de rehabilitación psíquica sino con ACV, infartos, muertes por sobredosis, etc.) y cesantías laborales.

El trastorno compulsivo a las sustancias o sea las dependencias llevan a múltiples recaídas a pesar de las consecuencias negativas que no son evaluadas como tales. Todo esto lleva a cambios estructurales de largo plazo en el cerebro que llevan varios años modificar. Se alteran las vías químicas y eléctricas de la vida íntima de las neuronas y el cerebro empieza a funcionar en “automático”. Olores, imágenes de consumo, lugares de venta son señales que inmediatamente activan estos automatismos. La memoria queda embargada y nuevas memorias ligadas a la adicción se apoderan del sujeto.

En este cambio de todo el metabolismo cerebral lo que más claramente se ve es la pérdida de la capacidad para la toma de decisiones. Estas empiezan a ser cada vez más imperativas y no atendiendo al índice de realidad y precisamente a no tener contacto con la realidad.

La búsqueda de auto-castigo

Tema clave en la vida con o sin consumo de drogas. Es la problemática del masoquismo. Todos conocemos personas brillantes que una y otra vez se malogran para imaginarse víctimas de un complot y ser siempre perdedores. No ven como al “victimizarse” permanentemente renuncian a ser y a tomar conciencia de sí mismo.

Freud precisamente habla de un “masoquismo moral” en donde esa posición de victima continua esconde culpas, búsqueda del fracaso y que a veces llevan a lesionar las terapias justo cuando empieza a estar mejor saboteándose los logros y adquisiciones .Son los que fracasan ante el éxito (Freud) .Es como “El Jugador”, libro célebre de F.Dostoievsky, que en realidad apuesta perseverando en el mismo para perder. No juegan precisamente para ganar.

Es el masoquismo el pleno campo de la muerte…de las instancias más profundas de cada uno de nosotros que se distancian de la vida y que buscan desesperadamente la muerte. Así nos vamos transformando en “desecho”, en “resto” como esas personas que vemos con un “tetrabrik” durmiendo en las escalinatas de un banco o de una iglesia. Son un “resto” humano. Es un objeto tirado…ya no es más sujeto.

Hoy la neurología y la pérdida de la función frontal con el masoquismo nos permiten entender muchas situaciones asociadas al consumo dependiente a drogas.

Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA-Rehabilitación en Adicciones.