“…lo mío es una soledad a “dúo” Nietzsche.
Jorge llega luego de una sobredosis que lo lleva a estar en coma durante diez días. Oscar es traído por un servicio médico de urgencia luego de estar en una fiesta electrónica en donde perdió toda posibilidad de medir los riesgos para sí y para terceros por la ingesta de éxtasis. Julia desea tratarse cuando observa que hace cuatro días que no duerme buscando afanosamente estimulantes pero luego de dos días quiere irse del centro de tratamientos aun no estando recuperada y cercada por las ansiedades de la abstinencia y los anhelos de consumir. Juan es traído por los padres cuando en sus 18 años y alterado por el consumo de “paco” amanece colgado en un árbol siendo desatado por un vecino casi como un llamado a los padres para que hicieran algo por él.
Historias…y más historias de vida de pacientes pero resulta ser un interrogante para todos los que trabajamos en adicciones cuando se darán las circunstancias personales para que alguien se comprometa activamente en un tratamiento y ponga lo mejor de sí para para salir adelante incluso venciendo condicionamientos de todo tipo. Algunos nunca lo lograrán y su vida se transformará en un circuito de recaídas y deterioro.
Como salir del encierro ?…encierro que se describiría en tres elementos: 1. compulsión como idea obsesiva motorizada por la ansiedad por consumir; 2. impulsión con su catarata de acciones destinadas a consumir; 3. descontrol absoluto de conductas y de ingesta. Son los tres cancerberos del encierro que llevan a la consulta.
Las vías del despertar espiritual
En los grupos de recuperación y en las comunidades terapéuticas hablamos que para que este cambio se dé es necesario un “despertar espiritual” que es un llamado a lo mejor de nosotros mismos para reaccionar y así promover nuestra dignidad como ser humano. Es un despertar de su libertad frente a la esclavitud en la cual se halla sometido. No olvidemos que el termino adicción etimológicamente está ligado a esclavitud. Este “despertar” se acompaña de una mejoría en tres planos:
1.Recuperación de su función cerebral ya que todas las drogas generan cambios duraderos y de largo plazo en el sistema nervioso generando cambios cognitivos, comportamentales y emocionales muy marcados;
2.Rescate de su subjetividad que quedó extraviada convirtiéndolo en un objeto más que en un sujeto de actos y decisiones .Una sustancia química se había convertido en su dueño. El tratamiento se convierte , así, en una re-apropiación de su sí mismo ;
3.Reordenamiento de todo su mapa social, laboral y familiar que quedó alterado por el consumo y que quizás anteriormente también lo estaba. La ruptura de los lazos familiares y sociales van acompañados de nuevas relaciones ligadas a la transacción de sustancias o a relaciones efímeras.
Por lo tanto ese “despertar espiritual” debe ir unido a esta reconstrucción de su sistema nervioso, de la personalidad y de todos sus sistemas de contacto humano.
¿Cuáles son las características de esta enfermedad que es crónica, progresiva y terminal si no la logramos contener a través de un cambio de estilo de vida? Hay cuatro rasgos que se hallan entrelazados en aquel que tiene una dependencia a las sustancias:
a.pérdida de la capacidad de autocontrol en donde ya se han roto todas las posibilidades de manejar las dosis y las ingestas ya sea de alcohol y/o drogas siendo entonces válido ese lema de los grupos de recuperación que reza “…una copa es mucho y cien son pocas”;
b.no hay conciencia de las repercusiones negativas de las conductas y así el deterioro progresivo no se convierte en una señal para un cambio aunque implique un descuido personal evidente o el abandono de actividades laborales o sociales .Los demás observan el deterioro no así el sujeto que los padece;
c.La falta de lamentación por las conductas que se promueven o sea la falta de valoración afectiva negativa por nuestros actos está íntimamente ligado al deterioro, también, cognitivo que se asocia a un pobre juicio de realidad, trastornos severos de memoria y una incapacidad absoluta en las habilidades sociales;
d.Se van perdiendo progresivamente los controles inhibitorios de las conductas y la adicción al fracaso es permanente en la trayectoria vital de los dependientes a sustancias ya que las decisiones van siguiendo los caminos del error por el precario juicio de realidad que se va teniendo a medida que avanza la enfermedad.
Aceptación y empatía
Cuando lo empezamos a atender necesitamos comprender que su situación familiar, personal, emocional y social es crítica y con distintas vulnerabilidades y fragilidades que han explotado en su vida. Pero este “despertar espiritual” unido a todos los cambios nerviosos, familiares y de su subjetividad solo serán posibles si el paciente se encuentra con vínculos terapéuticos sólidos y con una alta carga de empatía .La calidad humana del equipo de tratamiento es fundamental en donde la disponibilidad y la apertura hacia el otro sin juzgarlo es clave.
La empatía del equipo necesita unirse a tres componentes que se dan en el tratamiento exitoso que será la verdadera inversión humana que dará réditos en el futuro y que es menester realizar por parte del paciente: aceptación de la enfermedad, humildad venciendo a la soberbia del Ego que es un signo del malestar adictivo y la renuncia cotidiana al consumo…desde ahí se abrirán las “avenidas” del auto-conocimiento y el cambio.
Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA –Rehabilitación en adicciones.