A Jorge lo escucho en una guardia de una clínica con su cara magullada, golpeado y herido moralmente luego de una golpiza. Boliche, alcohol, alguna pastilla y lo único que atina a decirme es que en el desborde las previas con alcohol alguien le alcanzó unas pastillas y ahí luego me dice  se “me apagaron las luces “.

Jorge tiene 22 años es un  consumidor en tratamiento y esta recaída le duele mucho. Olvidó seguir o desconoció   pautas de conducta que son necesarias  para una rehabilitación: no ir a fiestas donde haya alcohol o ambientes de desenfreno como son los boliches. Desafió límites necesarios para su recuperación.

Las luces son siempre un símbolo de claridad mental. En las religiones y en el pensamiento filosófico la Luz se une a la Verdad. Estar lúcido es, precisamente, poseer luces mentales, poder entender y a la vez conducirse. Cuando nuestro paciente se quedó “sin luces “se suspendió todo el control cortical de su conducta. La corteza cerebral es el sector del sistema nervioso que tiene que ver con el manejo y monitoreo  de nuestras conductas. La alcoholización y el consumo de drogas en Jorge lo llevó a perder el manejo de su vida. Ahí golpeó y lo golpearon. No recuerda lo que pasó, pero también pudo pasarle cualquier cosa.

La salud mental hoy tiene que ver con el respeto de nuestros límites. Nuestro sistema nervioso nos impone límites. No drogarnos ni alcoholizarnos es uno de ellos. Si tenemos alguno de estos problemas quizás necesitemos consultar con un especialista.

Juan Alberto Yaria

Director General GRADIVA. Rehabilitación en Adicciones.