Jorge cambió a los trece años. Donde quedó aquel chico que jugaba al fútbol en los potreros. Es que cambió su medio ambiente. Los adolescentes son en parte el medio ambiente del cual se rodean. Luego del tiempo de la infancia el grupo de compañeros ocupa el lugar de los padres. Los padres de Jorge trabajaban todo el día. Las faltas en la escuela se repiten y al abandono progresivo le sigue el consumo de alcohol y marihuana. Triunfa la “esquina” en donde varios como Jorge inician el camino hacia un laberinto sin salida.
En la adolescencia la combinación entre consumo de drogas, influencia de compañeros de consumo y actitudes comunitarias de escaso control de los adolescentes en barrios de alto consumo fomentan las conductas adictivas. A esto hay que agregarle un factor fundamental como lo es el escaso desarrollo madurativo del sistema nervioso en esta edad. Ahí las drogas generan mayor efecto.
Los padres reaccionaron a tiempo. Y ahora también Jorge cambió ya que su estadía en un grupo de recuperación en una comunidad terapéutica le permite completar su ciclo de desarrollo .Vuelve al estudio luego de su desintoxicación y comienza a hablar de las dificultades que tiene para crecer .El refugio en la “barra” es más una defensa ante los miedos por su sexualidad naciente, su identidad en crisis, el cambio de edad que se manifiesta en trastornos corporales, la separación de los padres y empezar a armar su proyecto de a poco.
La intervención rápida de los padres ayudó mucho. Los límites son necesarios y fundamentales en esta edad. Si lo hubiéramos tratado varios años después y con varios años de consumo y de calle todo se hubiera complicado. Hoy está recuperándose. Los padres tuvieron claro los conceptos y los valores y actuaron como tales o sea como padres. El hijo salió del laberinto y encontró un camino.
Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA. Rehabilitación en Adicciones.