“…EXISTEN ESTADOS COLAPSADOS EN DONDE NO SE PUEDE MANTENER EL MONOPOLIO LEGITIMO DE LA FUERZA…” (Charles Coll 2008)
La máxima que popularizó Pablo Escobar:”…plata o plomo” necesita de “gatilleros “que son los sicarios que hoy pululan por los rincones de nuestro país. Son uno de los eslabones de la cadena del narcotráfico en la posesión de los territorios y de los mercados. El miedo garantiza el Poder y éste ya no es el miedo como el garante de la llegada a la sabiduría (Hegel) o también como una de las formas de encontrarse con Dios (mística medioeval). Es el miedo como terror que se va a imponer.
Los sicarios son tan antiguos como la humanidad y viene de la Roma antigua e Imperial deriva de “sica”: espada corta que se oculta bajo los pliegos de una túnica. La traición- por ende – acompaña el circuito de la muerte que sucede en el momento oportuno pero también el menos esperado. En la terminología actual sería un asalariado como asesino a sueldo.
Se colectan en los márgenes de la ciudad y como dice Márcola (gerente de una multinacional de la droga brasileña) desde una cárcel transitoriamente conseguida; “en las villas hay miles de hombres bomba”.
Hay un Poder superior que se impone en los Estados frágiles y que utiliza a estos sicarios como mano de obra para asegurar eslabones de comercialización y de dominio de los mercados. Luego habrá operatorias culturales y educativas para asegurar el consumo masivo de sustancias. En ese Poder superior hay dos alas; una de imposición por terror de un dominio y la otra es la minimización de los riesgos de consumir (operatoria cultural) que es lo que se ofrece en distintas góndolas de la postmodernidad actual aprovechando las fisuras de las escuelas y las familias en su tarea de contención.
ENTIDADES PARA-ESTATALES
El Poder del narcotráfico como nueva entidad para-estatal surge desde este Imperio del dominio a toda costa. Ley El Soberano no está atado a ninguna Ley. El “sin límites “es la nueva dimensión.
El narcotráfico instala aquello que Giorgio Agamben, filósofo italiano (1942 hasta la actualidad), llamó la “nuda vida”; la vida está desnuda (ha perdido significado sagrado y es como la de un caracol o una planta) y es sacrificable en la Maquinaria del Poder. El hombre es solo es un “homo sacer”; o sea un hombre a ser sacrificado. La soberanía del Poder no es solo sobre los territorios sino fundamentalmente sobre la vida y la muerte. Se resucita la Ley Romana arcaica: territorios y vida –muerte de los hombres. El estalinismo y el nazismo lo aplicaron al pie de la letra en el siglo XX, como también en el genocidio armenio, el fascismo, etc.
El narcotráfico como Poder para-estatal instala lo que Agamben llama Estado de excepción en donde el hombre queda abandonado como viviente a una tierra de “nadies” y en donde todo lo que vive es “asesinable” .El Poder del Amo de la Muerte para conseguir el Poder es lo que efectivamente tiene validez. Como hay un Estado de excepción la única ley es la del Poder por lo tanto no hay delito.
Márcola nos enseña “…Formamos parte de una nueva cultura asesina…para ustedes la muerte es un drama cristiano en la cama para nosotros es una comida diaria en una fosa común…nosotros somos “hombres bombas” “(reportaje cadena O-Globo Brasil) y sigue diciendo “tenemos métodos agiles de gestión…si el funcionario vacila es “colocado en microondas”.
Este problema se agiganta en nuestras sociedades cuando los Estados son débiles porque los gobiernos tienen poco control práctico del territorio por la existencia de grupos “privados” armados, alta tasa de criminalidad, ineficacia judicial. La inacción y la corrupción acompañan a estos Estados débiles ante el avance de los poderes para-estatales; hay áreas controladas por “señores” del territorio donde las autoridades formales tienen poca incidencia en la cosa pública.
A su vez puede existir un “Estado paralelo” en donde existen nexos clandestinos entre el liderazgo político formal, las facciones dentro del aparato del Estado, el crimen organizado y/ o los expertos en violencia. Ahí se trabaja en dos frentes por un lado distorsionando la aplicación de una política gubernamental oficial a través de la protección y protección de los intereses de algunas facciones que disfrutan de profundos y duraderos vínculos con el Estado, así como a “outsiders” que se especializan en crimen y violencia.
EL ESTADO CULTURAL
El otro punto central es el Poder del narcotráfico con territorios liberados por la falta de una política preventiva y asistencial desde hace muchos años .La lucha cultural es fundamental y en los países que la han librado ha bajado el poder del delito y la baja en el consumo .Lección que nos cuesta aprender desde hace mucho. Así crecen estos dos males sociales: vidas embargadas por el consumo y el Poder del Amo de la Muerte ante un Estado cada vez más débil.
Juan Alberto Yaria
Director General GRADIVA. Rehabilitación en Adicciones.