“…la normas nos liberan de la más aterradora esclavitud como es la naturaleza pre social o asocial de los hombres; es el triunfo de la cultural sobre lo animal” (E. Durkheim-La anomia)

El lema “la vida gracias a la química “era un estandarte en la década del 70 en los pasillos y jardines de Berkeley (icono de las universidades californianas ) ahí caído el otro muro que proclamaba el Mayo Francés en donde el “prohibido prohibir era la norma “ y con los experimentos lisérgicos que auguraban la apertura de una nueva conciencia y la marihuana una estancia en la felicidad a través de una hierba se va pergeñando un nuevo paradigma en donde las drogas forman parte de la cotidianeidad. Los hechos ocurridos en el Festival de Woodstock que tuvo lugar en agosto de 1969 en Bethel (Nueva York) se agregaban a esta saga novelesca de la nueva generación Q (la vida gracias a la química) que había empezado a desarrollarse y funcionaban como un hecho mitológico y por ende fundante lo ocurrido en ese espacio en donde la música se unía a las drogas.

En realidad se anunciaba la caída del otro muro que era la solidez de la modernidad. Venía el “mundo líquido” que anunciaría en los 90 Zigmun Baumann como el más crudo y veraz lector de esta nueva era. Lo fluido reemplaza a lo sólido. Faltaba solo la tecnología como un nuevo mundo en donde rodeados de IPhone y celulares e inundados por chats, wapp, Instagram y otras yerbas para que surgiera así un nuevo ser: tecnológico, fluido y liquido sin vínculos sólidos familiares y sociales y un ser más químico ayudado también esto por los avances de la neurofarmacologia que pone las benzodiacepinas (desde el 63 en adelante) y los tranquilizantes a “la mano” del gran público. Luego aparecerá el “filósofo” de la criminalidad organizada Pablo Escobar que desde Colombia para el mundo industrializa esta nueva forma de ver el mundo y surge el aparato del narcotráfico para sostener esta huida masiva que se va propagando epidémicamente.

Generación Q (química) junto con la generación Y (en donde la informática y sus aparatos derivados de internet y la telefonía móvil) y la Generación liquida son tres hechos junto a la vigencia de la industria globalizada de la plusvalía de las drogas marcan el dialogo clínico con nuestros pacientes.

LOS PACIENTES EN ESTE NUEVO MUNDO

Mis pacientes y nuestros pacientes son reflejo de este contexto social y fundamentalmente cultural. Jorge me manda un mensaje de voz en donde me saluda por el Día del Padre (mensaje muy simbólico) y me relata que agradece la ayuda pero que su vida en el interior ha encontrado un “Paraíso” en donde con sus plantas de marihuana encuentra una salida .No trabaja en sus 30 años y 4 cigarrillos de marihuana diarios lo devuelven a una vida “vivible” (en sus términos). Mientras tanto un padre jubilado lo mantiene y luego….hay luego?…el tiempo dirá. Quizás algún certificado de discapacidad expedido por algún ente público lo devolverá al “Papá Estado” (asilos modernos para discapacitados neurológicos por el consumo de drogas) porque sus funciones psíquicas se van apagando como luces ya sin energía renovable cerebral. El cerebro no está hecho para consumir drogas más allá de los imperativos culturales. Julia tiene un conflicto serio ya que quiere rehabilitarse pero no puede ir a su casa ya que su hermano tiene plantas de marihuana .Su rehabilitación recién comienza y todavía no está preparada para enfrentar esta situación de riesgo. Los padres mientras tanto son permisivos .En realidad uno de ellos consume con su hijo y la madre está en una situación difícil ya que le falta tenacidad para enfrentar esta situación familiar. Oscar duda entre seguir a su madre que desea su rehabilitación y su padre que consume en otra localidad del país. ¿Qué hacer ¿….en realidad el consumidor elige siempre la respuesta más fácil que es el consumo.

LA CAIDA DEL PADRE

La caída del Padre en esta civilización química, liquida y tecnológica es una realidad con la fuerza de una verdad dura. La función de “Ley del Padre” en muchos casos es solo un pálido reflejo. Recuerdo que cuando estudiaba en Francia en el Centro Marmottan el maestro C.Oliwenstein me decía allá por los 80 y 90 “siempre está el padre ya sea como incierto, ausente, impotente, etc.” La caída de la función paterna está unida al declive del lenguaje como medio de confrontar, negociar o consensuar los problemas humanos. El actuar reemplaza al lenguaje, la violencia al diálogo y la química a la aceptación de lo que es y que no puede ser de otra manera. El Poder, hoy, parece ser el Poder de “los amos ausentes”; ya no se necesitan controles duros como había en la antigüedad (que culminaba en los campos de concentración sanguinarios cuando alguien no aceptaba el orden). Hoy los “poderes” son blandos y se dan por la seducción y la minimización de los riesgos del consumo .Solo hay que promover la huida como una libertad plena. Del resto se hará cargo el cerebro ya “domado”. Queda así un no-ciudadano transformado en un individuo aislado y desnudo a expensas de todos y de todo pero todo esto no sin consecuencias.

Mientras tanto la epidemia habla y la marihuana está igualando al cigarrillo en el consumo juvenil en nuestro país (datos de Sedronar en escuelas secundarias de CABA). Las plantaciones en casas y viveros especializados con mutaciones genéticas de alta concentración de cannabis es ya un dato cierto. El abuso de alcohol llega al 33,5% de la población juvenil .Ni hablar de las sustancias sintéticas como éxtasis en donde hay redes preparadas para todos los centros de diversión nocturna juvenil. En España La mitad de los nuevos ingresos en centros de rehabilitación se deben a la marihuana (datos del Plan Nacional de Drogas-2016) como fruto de la propaganda continua. En Gradiva pasa lo mismo y los brotes psicóticos acompañan este fenómeno habitualmente en adolescentes.

Quiero terminar con una reflexión sabia del Talmud (libro de discusiones rabínicas con parábolas y leyendas sobre todos nosotros) y ahí se dice en el Libro de los Principios: “Dios creo el mundo tres veces, la primera en base a la Ley y el Orden y no funcionó, luego en base al Amor y tampoco funcionó; luego por fin funcionó cuando lo hizo sobre la base de la Ley, el Orden y el Amor”. Verdades quizás olvidadas en este mundo líquido, químico y puramente tecnológico.

DR JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL GRADIVA-Rehabilitación en Adicciones