“…los padres comieron uvas verdes pero los que se arruinaron los dientes fueron sus hijos” (F.Dolto-O. Completas)

Este dicho francés relatado por la maestra en problemas infantiles y de la adolescencia  F.Dolto trata de relatar cómo les pasamos, principalmente,  los problemas o sea nuestros débitos vitales y nuestros créditos o sea nuestros valores a nuestros hijos.

En el caso de los débitos éstos surgen primero como trauma y luego como síntoma  algo que  en el tema de la epidemia actual de consumo de drogas y alcohol se ve claro.  El Caballo de Troya (mezcla de engaño con daño) entró a nuestras casas. Desde un marketing exitoso hubo también  un campo fértil para el desarrollo del consumo de drogas. Páginas, blogs, revistas, lideres mediáticos propagandeando el consumo abrevan sobre un terreno fértil como lo es la crisis de la vida familiar en nuestra sociedad.

No me refiero al simplismo de la caída de la familia tradicional sino a lo que significa la vida familiar como núcleo generador de vida. De alguna manera la sociedad judeo-cristiana a la que pertenecemos se basó en la Promesa de un Mesías; esto en el campo cotidiano se da en lo que significa un  Hijo en nuestras vidas  .En el hijo está puesta nuestra promesa tanto de nuestro debe como de nuestro haber. Lo que es nuestro resto positivo y nuestro “Veraz” o sea los débitos que como mochila llevamos. Pero tiene que haber vínculos fuertes  y emociones altamente sostenidas para forjar una persona autónoma. A los chicos no lo educan los maestros, ni la escuela. Estos solo informan ya que  la educación verdadera se da en la casa.

La droga penetra,  y fundamentalmente,  por la crisis de la vida familiar. A esto agregaremos datos de la propia personalidad o crisis de esta personalidad. Pero indudablemente el ocaso de modelos e ideales surge en primera instancia desde la vida familiar.
Hay un tríptico clave en el tema de las drogas y su avance epidémico: sujeto (personalidad), agente químico (las sustancias alteran gran parte de las codificaciones químicas, eléctricas y funcionales estructurales del sistema nervioso) y contexto .Es aquí donde está la familia. Por último el barrio como semillero de intoxicación cuando no es una unidad cultural para el crecimiento de las personas sino un “quiosco” de ventas no precisamente de juguetes y caramelos.

Lo que vemos hoy es la crisis de la vida familiar en muchas familias de consumidores: ausencias significativas en los primeros años, violencia, también lamentablemente  incesto, abusos emocionales, abandonos varios, el uso de un hijo para atacar al otro padre, adicciones o enfermedades psiquiátricas severas de los padres o de uno de ellos. La denigración permanente de  la figura de un padre contra otro, denostarlo y/ o  desautorizarlo es frecuente. En suma un conjunto de daños emocionales que en los primeros 6 años de vida son muy perjudiciales. En esos primeros años es donde el niño tiene menos respuestas simbólicas y es impotente frente  a estas situaciones que se transforman rápidamente en puro trauma.

Una familia y  al mismo tiempo la escuela deben promover en los chicos normas claras sobre la Ley, la prohibición del canibalismo, el robo , el asesinato , la violación , el adulterio y el no consumo de drogas tóxicas.

NUMEROS DE LA EPIDEMIA

La vida familiar es hoy un tema clave en la sociedad argentina en relación al consumo de sustancias: aparece dislocada, ausente, fragmentada, dividida y con largos años de varios de sus hijos en carrera de consumo sin tomar decisiones de tratamiento o también algún padre en carrera de consumo. Sobre 100 pacientes estudiados la edad promedio de inicio de consumo fue a los 14 años 5 meses  y la cantidad de años antes de acudir a la consulta fue de 13 años 7 meses de promedio y acudieron recién cuando tenían como promedio 28. La cantidad de años de consumo (casi 14) muestra el fracaso de todos los instrumentos preventivos sociales. La marihuana (verdadero Caballo de Troya) fue la droga de iniciación en un 55% de los residentes y luego el alcohol con el 29 % .La droga de consulta fue abuso de cocaína (55%), Marihuana (14%) y pasta base (18 %) (Estudios realizados en Gradiva con Dra.M.Arango).

El 60% de los pacientes tienen familiares con antecedentes de consumo o participan algunos en el tratamiento con ellos. Esto muestra como el “Caballo de Troya” de las drogas penetró en el propio sistema familiar y social y  plantea, además,  el problema de los garantes del tratamiento o sea de los sostenes ya que en muchos casos todo el sistema está comprometido. Si nuestra tarea es movilizar recursos familiares para generar una rehabilitación, padres que confronten para que el tratamiento progrese y se cuiden los logros; todo esto aquí se hace más difícil.

Para muchos adolescentes vivir estas realidades desde pequeño  en donde el desamparo se une a la violencia y a los mensajes contradictorios hace que la vida sea muy difícil de asumir y ahí surgen las drogas que en el fondo son anestésicos y vías de huida. Así estamos…pero no hablamos de la vida familiar ni de la educación preventiva. El Hijo promesa de vida y del futuro de una sociedad queda entonces alienado cuando no muerto. Quedó como un condenado más, también por los adultos y no solo por su propia compulsión adictiva.

DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL GRADIVA-Rehabilitación en adicciones