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Mirando un canal de noticias nocturnos un papá hablaba con dolor del asesinato de su hijo en una de las localidades de la provincia de Santa Fe en donde parecería que una banda se cobró una venganza con el joven o que fue por equivocación. Territorio dominado por bandas.­

Ahí recordé que en esa misma zona un paciente que tratamos, en su momento, en Gradiva me mencionaba que su lugar de consumo, el más protegido de la localidad, era una Iglesia abandonada. Los sacerdotes se fueron y los narcos del lugar hicieron de la sacristía, sus adyacencias y de los altares su lugar de trabajo. Allí estaba él y varios de la zona refugiados consumiendo y consumidos.­

Símbolo de un hoy en donde parece haber caído el sentimiento religioso y decreciente las feligresías con nuevos actores (convertidos en nuevos feligreses) que reemplazan la Hostia de la Redención en el lenguaje religioso, que parece ya no conmover, por el «polvo blanco o el crac» en donde limitan sus vidas al deterioro, pero todo sea por vivir un momento de omnipotencia y anestesia.­

La nueva «clerecía» es la «banda» que domina un territorio. Un nuevo Estado o el Estado en su plenitud plenipotenciaria como fenómeno nuevo en nuestras tierras se llama «banda» que adquiere nuevos nombres también «barra brava» (entidad multiuso) que va desde llevar los «trapos» hasta el apriete político o la distribución de drogas o el manejo de los «trapitos» (cuida autos) o la reventa de entradas. Además, con protección asegurada y cuya sola existencia inspira miedo y nadie parece estar enfrente, aunque muchos simulan enfrentarse.­

Sus fuerzas son muy superiores a las del Estado mismo ya que tienen una estructura piramidal pero con redes con distintos niveles de jerarquía.­

Son, en sí mismo, un Estado perverso y destructor que no es un Estado de Derecho sino un Estado de Dominación con armas, renta y plusvalía deseada por una multitud de esclavos dependientes e inductor de temor y muertes sin sentimientos y con un alto grado de antisocialidad.­

Parecen ser nuevas formaciones sociales que nos replantean el problema de la libertad en esta época que proclama la libertad para todo (incluso para dañarse drogándose) pero que somete a miles a la sujeción a nuevos Amos de la Muerte.­

Así van surgiendo nuevos «Amos de la Dominación» que manejan cajas «cash» con ávidos dependientes con cerebros «domados» que se exponen a cualquier riesgo con tal de conseguir la pócima suicida que los anestesia en el duro trabajo de vivir para el cual parece nadie los preparó. Además «economía en negro» que no reporta a ningún organismo con multitud de «blanqueadores» prestos para hacerlo.­

El dominio de estos nuevos Amos tiene distintos nombres y utilizan distintas formas y una de ellas son las «barras bravas» formaciones antisociales «multiuso». ­

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INFORMES MUNDIALES­

Unesco (2021) nos informa (Unodoc-organismo de drogas) que Buenos Aires (sin incluir el conurbano, Rosario, el Gran Córdoba) después de Bogotá y México es el tercer distribuidor de drogas en América Latina. Entre 2009 y 2021 ha aumentado un 30 % o sea el 5,5% de la población de 15 a 64 años.­

Ha habido además un aumento muy rápido de nuevas sustancias psicoactivas (opioides y marihuanas sintéticas) que aparecen en los mercados. El número de nuevas sustancias psicoactivas que son opioides sintéticos (mayormente análogos del fentanilo) y también marihuana y nuevas formas de cocaína, de las que hay constancia en el mercado ha venido aumentando a un ritmo sin precedentes: de tan solo 1 sustancia en 2009 se pasó a 15 en 2015 y a 46 en 2017, mientras que el número total de nuevas sustancias psicoactivas presentes en el mercado se estabilizó en torno a 500 sustancias por año en el período 2015-2017.Numerosos químicos y bioquímicos participan de estas nuevas pócimas mortales.­

Recordamos haber atendido a una paciente de Nueva York que los padres (de clase media baja) decidieron tratarla en Buenos Aires ya que la marihuana que se vendía ahí era una marihuana sintética con un 85% de THC (principio psicoactivo alucinógeno) que es un verdadero «asesinato psicotizante» de personas y de multiplicación de «zoombies». Ella luego de 3 meses de desintoxicación y tratamiento nos contaba la cantidad de muertes silenciadas que ocurren en barrios de Nueva York, San Francisco, Colorado, etc. en donde las autoridades políticas han decidido liberar el consumo sin tener en cuenta los daños a la salud y las muertes. Progresía «al palo» como se dice en el barrio con eutanasia también «al palo».­

Progresía en lo cultural unida al aumento del delito que facilita la eutanasia como consecuencia de miles de jóvenes.­

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LA EUTANASIA LOGRADA­

Todo esto es también un producto cultural en donde se naturalizado el consumo de drogas con un amplio marketing de aceptación social y la dilución y desaparición de las campañas y de los programas de prevención y la dificultad para habilitar los centros de rehabilitación. Locura total en pleno marco epidémico y pandémico.­

Incluso en algunos países o Estados se ha producido el fenómeno de la legalización con estruendosos resultados negativos como informa Naciones Unidas (informe 2019).­

El aumento de la intensidad del consumo de cannabis(marihuana) en el contexto de su legalización se observa en los Estados americanos que lo han hecho. El número de personas que consumen cannabis en América del Norte es mayor que en la década anterior, pero el aumento ha sido aún más pronunciado en lo que respecta al consumo habitual (no médico) de esa sustancia.­

Por ejemplo, en los Estados Unidos el número de personas que consumieron cannabis en el año anterior aumentó en aproximadamente un 60 % entre 2007 y 2017, mientras que el número de personas que lo consumen a diario o casi a diario se duplicó con creces en ese mismo período. El mayor porcentaje del cannabis consumido corresponde a ese grupo de consumidores habituales.­

Pese al objetivo de impedir que los delincuentes obtengan beneficios del comercio ilícito de cannabis, en muchos de los estados que han legalizado el uso no médico del cannabis han subsistido algunos mercados ilícitos. Esto es especialmente patente en los estados de Colorado y Washingtonasí como en San Francisco, que figuraban entre las primeras jurisdicciones que adoptaron esas medidas en 2012. En California, los intentos iniciales de autorizar la venta de cannabis en 2018 se tradujeron en un aumento de los precios con respecto al mercado ilícito, por lo que no se logró atraer a los consumidores y apartarlos del mercado ilícito.­

San Francisco (USA) ha sido un experimento de la progresía (siempre el problema es cultural) y un progresista arrepentido ha publicado recientemente el libro «San Fransicko: el porque de la progresiva ruina de las ciudades» (Autor Michel Shellenber de Amazon). No me he equivocado con el titulo ya que es un juego de palabras y «sciko» como parte del título del libro en el lunfardo quiere decir «pobrecito». El autor nos enseña: «los progresistas habían afirmado que sabían como resolver la falta de vivienda, la desigualdad y el crimen; pero las ciudades controladas por los progresistas empeoraron estos problemas. Reconoce que abogó por la liberación de drogas en su momento, pero esto fue un problema enorme con campamentos de personas sin hogar y con muertes por sobredosis. Los problemas han empeorado-se sincera- y lo mismo sucede en Los Angeles, Seattle y Portland en donde la liberación en comercio de drogas ha llevado al aumento global del consumo y de la venta ilegal más barata. Nos sigue diciendo que el verdadero problema es una ideología que designa a algunas personas como victimas con derecho a comportamientos autodestructivos y destructivos y el resultado es el socavamiento de los valores que hacen posibles las ciudades y la civilización».­

¡¡Más clarito échale agua!!; como decimos en el barrio. La finalidad de la progresía culmina en una eutanasia lograda con un aumento del delito y la anemia de los Estados.­

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* Director General Gradiva – Rehabilitación en adicciones­