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POR JUAN ALBERTO YARÍA 26.02.2023
Un paciente me decía: «La Iglesia donde tomé la comunión hoy está tomada por un grupo de consumidores y distribuidores, fue abandonada y ahí consumía hasta que vine acá» (ciudad vecina a Rosario).
Una Iglesia abandonada parece ser una metáfora de hoy. Es la cultura preventiva lo que parece valer; padres formados, familias que conducen, limitan, aman y transmiten valores, escuelas que instruyen en Educación para la Salud (hay una Ley de Prevención Escolar inaplicada y aprobada por el Congreso en el 2010), barrios que cuidan. O sea, una cultura adversa a lo que daña entre lo que está el consumo de drogas. En esto estamos perdiendo por goleada.
No valen solo los Ejércitos ni las tropas de élite. Es la cultura como lo enseñaba el maestro filósofo Ortega y Gasset cuando nos decía: «El verdadero salvavidas en el mar bravío de la vida es la cultura».
El gran maestro M. Castiñeiras de Dios, quien me honró con su amistad, poeta excelso, cuando vio trabajos preventivos que organizamos con miles de personas me dijo lo que vale «es crear un sistema inmunológico preventivo social». L. Cancrini maestro en adicciones en Italia y Europa visitando la Argentina al ver a miles de personas en teatros y escuelas me dijo a fines de los 90 se está creando «un frente social preventivo.; eso es lo que vale.
Esto lo entendieron los productores de drogas y los financistas de la ganancia y plusvalía de ésta. El neuromarketing es su aliado. Crear una cultura de la aceptación social del consumo y de banalización de los daños.
NUEVA HOSTIA
Mientras tanto una paciente me confiesa que concurría fielmente todos los días a una Iglesia abandonada evangélica con un ‘capanga’ que hacia los peajes y aseguraba consumo, ventas y tranquilidad para morirse en paz ante una cruz ya inexistente porque cambió el lugar del crucificado que ahora es el propio feligrés. Todo esto en un barrio exclusivo de Buenos Aires.
Hay una nueva hostia que representa lo sagrado. es el polvo blanco al cual se rinde culto. Miles se inmolan y terminan sus vidas precozmente. Nuevas iglesias reemplazan a las antiguas. Nuevos ritos se acumulan y una nueva feligresía rinde culto a este nuevo elixir que promete el ‘flash’ instantáneo en una muerte segura.
Mientras gran parte de América del Sur y el Caribe es una fábrica cada vez más fuerte de producción de drogas con aumento del poder político en los territorios, ante Estados que se muestran fallidos para enfrentar estos nuevos Ejércitos de Dominación (Rosario y oras zonas argentinas parecen ser un ejemplo), la cultura que se va promoviendo es la de la aceptación social del consumo, la naturalización del mismo y el avance sobre franjas poblacionales cada vez más jóvenes lo cual asegura una dependencia rápida por la inmadurez de la personalidad y de las estructuras cerebrales (el cerebro termina de desarrollarse en sus áreas frontales recién a los 25 años y rápidamente queda ‘hackeado’ ante los primeros consumos por la inmadurez del mismo).
Negocio redondo con gran oferta y un consumo asegurado por la cancelación del discurso preventivo, ya que no es lo políticamente correcto y la promoción de un consumo naturalizado. Plusvalía enorme. Miles de zombies asegurados. Eutanasia social en acción. Civilización del descarte que Baumann en sus escritos anunció y que el Papa Francisco incorporó a su discurso.
GANA LA DROGA
Ya el maestro italiano en la prevención y asistencia en drogas L. Cancrini me decía en un encuentro en Méjico: «En los barrios donde hay mucha droga circulando y hay muchos adolescentes siempre gana la droga». El dilema de crecer del adolescente, la consolidación de una identidad (proyecto, trabajo, estudio, amor, etc.) es muy difícil y más con familias desmembradas o poco sólidas en transmisión de normas, valores y afectos. Ahí aparecen las sustancias desde el alcohol en adelante como una huida ante los dilemas a resolver y máxime si esto está naturalizado.
En Uruguay -país en crisis en este tema- después de la legalización de la marihuana y del aumento de consumo de todas las drogas como consecuencia de la naturalización y con un aumento de la venta narco enorme a pesar de la venta en farmacias (cada vez son menos las que las quieren vender)- se ha comprobado que el índice de crimen y violencias criminales en un 90 % tiene que ver con el consumo de drogas y las carencias económicas y socioeducativas unidas en este fin.
Además, desde la legalización de la marihuana en farmacias (en donde pocos compran) aumentó el consumo de cocaína hasta ser junto a Argentina el primer pais consumidor de esta droga. Se prefiere comprar marihuana al ilegal que la vende más potente y nadie lo registra.
En este momento, progresa en el país vecino un proyecto del Ejecutivo que disponga que el indigente que vive en la calle y que consume inveteradamente sustancias debe y necesita ser internado. En estudios científicos se comprobó que el 90% de ellos está en esas condiciones y es una fuente de deterioro, muerte y tráfico enorme.
SEÑALES DE ALERTA PRECOZ
La detección precoz junto a la prevención desde pequeño en las aulas, con los padres o referentes educativos, las organizaciones sociales es una avanzada que contradice al discurso cancelatorio de la naturalización del consumo. En Uruguay un grupo de padres (16.000) se rebeló ante esto e incluso en sus propios hogares vivieron la enfermedad o la muerte de alguno de sus hijos.
Cuando aparecen las drogas en la pubertad las alteraciones motivacionales del síndrome higiénico-dietético-tóxico (J. Aizpiri-España), cambian los parámetros de la salud en esta etapa de la vida
y es importante recordar conceptos que muestran los primeros cambios de la personalidad y las rutinas de salud:
Cambios en el sueño (alteración de los ritmos circadianos).
Sedentarismo (reducción del desarrollo músculo esquelético y de la oxigenación cerebral).
Afectos destrozados (alexitimia o sea pobreza en la expresión verbal, mímica o gestual de las emociones o sentimientos provocada por cambios de los umbrales neuronales y de lazos sociales invalidantes con cambio de amistades).
Descenso del aprendizaje (por efecto tóxico sobre sistemas motivacionales en un cerebro en desarrollo).
Alimentación `chatarra’ que debilita todos los sistemas orgánicos y psicológicos.
Aumentan todos los sistemas de envejecimiento celular y del organismo.
Agotamiento cerebral = depresión y ansiedad post traumática al consumo de tóxicos.
De seguir esta conducta que lleva a la adicción por la falla de la detección precoz (no se consulta a especialistas, se deja avanzar a la ‘inocente’ marihuana, no se atienden los rendimientos académicos en descenso o directamente el abandono de los estudios por ejemplo) y así se va configurando una personalidad con rasgos adictivos en donde se convierte el consumo en la única vinculación con la realidad, cambio de amistades, robos en la casa, días enteros fuera del ambiente familiar, etc.) y al mismo tiempo hay un descenso del sistema cognitivo tanto en la memoria, la atención , la planificación del día y la semana y un sistema de recompensa cerebral (placer) solo centrado en consumir con desbordes impulsivos seguidos por apatía y falta de motivación. Si se realizaran estudios de neuroimagen cerebral se empezarían a detectar un hipo-funcionamiento de áreas claves del cerebro.
En el negocio del descarte que asegura una gran plusvalía a costa del deterioro de miles es fundamental una iniciativa cultural perversa para que el púber o adolescente se inicie en el consumo de drogas lo más temprano posible. A mayor inmadurez, mayor voracidad en el consumo en el futuro y la renta queda asegurada.
El Instituto Nacional de Drogas de Estados Unidos (NIDA) muestra en sus investigaciones que la mayor dependencia se da cuando el ingreso al consumo se da entre los 12 y los 25 años. Ahí precisamente es cuando las estructuras de la personalidad y las biológicas cerebrales están en desarrollo.
Al lóbulo frontal el Premio Nobel de Neurología Kohon Goldberg llamó «el asiento biológico de la civilización» Cuando queda alterado, lo refiere de la siguiente manera : «El lóbulo frontal hace a la civilización y la civilización hace al lóbulo frontal; su daño genera una anosognosia en donde perdemos la parte central de nuestro ser y él no lo sabe , desaparece sin saberlo, no sufren, no se angustian ni lamentan su pérdida; nos transformamos en perros ya lo que está fuera de la vista está fuera de la mente». Además, pierde la capacidad de leerse a sí mismo y de tener empatía con el otro.
Las conductas derivadas de esta disfunción de la personalidad y del sistema nervioso (alteración de la corteza prefrontal) va seguida de una serie de características conductuales estudiadas en centros mundiales de tratamiento en adicciones: pérdida del sentido de responsabilidad social, déficit de concentración y abstracción, problemas en el control de los impulsos, hiperactividad, falta de organización y planificación, pérdida de criterio de realidad y de la memoria reciente, anhedonia (pérdida del placer) e incluso no puede solucionar algunos problemas aunque sean elementales».
De a poco van apareciendo secuelas psiquiátricas y /o consecuencias legales o discapacidades (muchos deben gestionar carnets de discapacidad o pensión en un futuro de discapacidad).
INMUNOLOGIA PREVENTIVA
Los estudios mundiales muestran que a menor trabajo comunitario en prevención y detección precoz con sistemas asistenciales válidos hay mayor consumo y mayor aceptación social del mismo. Esto nos puede estar pasando. Se va generando una naturalización del consumo junto a una minimización del daño que genera el consumo.
Cuando hay mayor trabajo preventivo comunitario crece la menor aceptación social, la consulta precoz, baja la prevalencia del consumo y crece la noción de daño que generan las drogas.
Cuando el consumo está naturalizado y se ha cancelado todo discurso preventivo, el consumo crece por contagio psicosocial (de par a par -entre compañeros de escuela, de barrio, etc.), explotándose las vulnerabilidades individuales o familiares que muchos tienen y aprovechando las múltiples bocas de venta que existen. La plusvalía está asegurada e incluso muchos por la dosis serán ‘soldaditos’ desde un barrio popular o desde un country.
Pensemos que un buen trabajo asistencial según la Asociación de Medicina de U.S.A. necesita varios años para que la memoria adictiva vaya supliendo el flash que cautiva por otros placeres más sanos.
El cambio cerebral lleva dos años desde el primer consumo en consolidarse (químicos, eléctricos, emocionales, funcionales y estructurales en algunos casos). Los tiempos de resiliencia (superación de estas adversidades) lleva también dos años para llegar a un proceso de neuroregeneración ya que las drogas generan un proceso neurodegenerativo.
Además, el duelo psicológico por la sustancia («compañera de penas» durante muchos años en el paciente) lleva cinco años. Es el mismo tiempo que dura un luto intenso por un familiar querido. Se ha estudiado en neuroimágenes activadas el encendido de ciertas zonas ante la palabra droga o situaciones asociadas a las mismas.
Un sistema inmunológico preventivo socialeducativo que funcione como un sistema cultural adversa a la naturalización del consumo necesita de la formación de líderes y de organizaciones líderes desde cada localidad o municipio, la potenciación de redes asociativas y la formación de Ciudades Preventivas ciudad por ciudad.
Centrar todo y solo en la persecución de las bandas es jugar a perdedor. Es la cultura preventiva lo que vale y esto lo saben los expertos en neuromarketing del consumo naturalizado.
Juan Alberto Yaría
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